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9 Meses de aprendizaje

9 Meses de aprendizaje

La educación emocional del niño se inicia con los nueve meses de gestación. Estudiosos insisten en la necesidad de hacer una espera libre de rechazo.

El bebé recibe, a través de su placenta, nutrientes, oxígeno, hormonas. Y esta desecha todo lo que sea nocivo para él. Pero además recibe lo que la madre siente, lo que ella vive, lo que padece.

Según Eduardo Horacio Grecco, sicólogo argentino, especialista en psicoanálisis, consultado por El País: “Esa comunicación con el mundo, mediatizada por la madre, deja huellas muy significativas que pueden cambiar la forma en que se graban en el cerebro nuestros afectos y recuerdos. Esto forma parte del aprendizaje necesario en una persona”.

Hay heridas del alma que se hacen desde el vientre materno y en los primeros nueve meses después del nacimiento, como el abandono, el rechazo, la humillación, la injusticia y la traición, que generan conductas nocivas en este cuando sea adulto, pero es posible curarlas.

Redacción El PAÍS

 Abandono: crea dependencia

Cuando un ser humano experimenta el abandono en sus primeras etapas de existencia, puede llegar a tener más adelante conductas dependientes, como la falta de un proyecto de vida propio que buscará llenar con una necesidad absoluta de otra persona, una forma de vida o alguna sustancia.

La herida del abandono se manifiesta con un fuerte sentimiento de temor a la soledad. La persona no puede aceptar negativas, demanda apoyo, atención y compañía. Le cuesta separarse y elaborar duelos. Lo que esta persona debería trabajar es el fortalecimiento de su autoestima y el desarrollo de su autonomía e independencia, solo así podrá acceder a un amor verdadero, auténtico. Y salir de ese ardid infantil de poner afuera lo que es en realidad responsabilidad de uno mismo. Para no transmitir esta herida a sus hijos los padres deben liberarse de sus miedos, mandatos, culpas y desdichas.

Rechazo: Infunde miedo

Un bebé que ha sufrido el rechazo de sus padres desde el vientre, manifestará en su edad adulta: conductas huidizas, de no involucramiento, falta de compromiso en sus relaciones, búsqueda de la perfección, desapego a lo material, el sentirse incomprendido y un miedo constante que lo lleva al pánico. El rechazo de la madre conduce a las personas a quedar marginadas del vivir. De adultos tienden a aislarse por temor al rechazo o para evitar el dolor que este produce. Evitan el contacto profundo, el encuentro con los otros.

Si en los primeros meses del bebé los padres no le hablan, no lo acarician, no lo cuidan amorosamente esto producirá en este un efecto no solo en el plano afectivo sino en la organización de su arquitectura cerebral, con profundas consecuencias. Palabras, besos, caricias, son los nutrientes que el niño necesita para lograr el equilibrio futuro.

La traición: enseña a controlarlo todo

Cuando una persona siente que su padre o su madre la traicionaron, por ejemplo, sus padres se separaron y formaron otra familia, o tuvieron problemas de infidelidad, esto podrá hacer que ella viva un constante temor a la pérdida.

Más adelante buscará constantemente ser el centro de atención, y por ello podrá caer muchas veces en querer manipular a los demás, controlar todas las circunstancias de la vida; querer cuidar y corregir a los otros con el afán de mostrarles lo indispensable que ella es. Todo eso lo hace para no enfrentar su miedo más poderoso: la pérdida.

No confía, siempre está imaginandoque la van a traicionar.

En el fondo lo que trata de evitar esque el otro le traicione, controlándole en todo lo que hace. Y generalmente lo que tanto teme se cumple, es frecuentemente traicionado, por su misma actitud. Lo que debe hacer es trabajar en la confianza en el otro.

Injusticia: enseña rigidez

Cuando los padres o el bebé desde el vientre materno han sido víctimas de la injusticia (han sido desplazados, atacados, abusados, marginados), una herida bastante desarrollada en la actualidad, el niño crecerá con una actitud de rigidez frente a la vida, incluso racista, sexista, y tendrá un excesivo afán de perfección. Tenderá a pensar que la verdad está en él y que todo lo que no se hace a su manera está errado.

La presencia de una herida de injusticia se manifestará en la persona en una permanente sensación de sentir que no le dan lo que merece. Tendrá muchas dificultades para sentir placer y se exigirá mucho. Generalmente son personas muy ordenadas, frías, duras y con mucha incapacidad para pedir ayuda. Desarrollan mecanismos emocionales, defensas y máscaras, presentándose ante los demás como muy dogmáticos, rígidos y centrados en sí mismos. La clave: perdonar, dejar el pasado atrás y continuar.

La humillación: el origen de los masoquistas

La humillación es una herida muy frecuente, que al sentirse en esa etapa primaria de la vida lleva a la persona a desarrollar una conducta masoquista, típica en quienes buscan situaciones que les hacen sufrir, relación es que les causan daño y gente que les indispone.

Es como si la persona sintiera que no merece algo mejor. Está llena de vergüenza, de culpa, de hipersensiblidad y dependencia y, sobre todo, de masoquismo. En el fondo siente un gran miedo a la libertad.

Es una herida compleja que requiere un trabajo importante para su cura, porque la persona suele abandonar los tratamientos que le ayudan, al creer que no los merece.

El baile es una gran terapia, en especial danzas que requieren cercanía, como el tango, o que requieren gran expresión, como el flamenco.

Eduardo Horacio Grecco: nació en Argentina. Está radicado actualmente en México.

Profesión: sicólogo graduado de la Universidad de Buenos Aires, con especialidad en psicoanálisis, disciplina que enseñó durante muchos años. Cursó seminarios de sicología junguiana y transpersonal, bioenergética y lectura emocional del cuerpo.

Trayectoria: es pionero y formador en Argentina en terapia floral. En 2002 ganó el Premio Internacional de Naturopatía ‘Benedict Lust’.

Libros: ‘Despertando el don bipolar, ‘Volver a Jung’, ‘El legado del doctor Edward Bach’, ‘¿Quién se ha subido a mi hamaca?’, ’Muertes inesperadas’, ‘Los afectos están para ser sentidos’, entre otros.

En el libro ‘Sanamente’, del médico Santiago Rojas, se incluye una conversación de este con Eduardo Grecco sobre el tema ‘Heridas del alma’:

 Martes 14 de Enero de 2014

Santiago de Cali, ColombiaEl País