¿A dónde van los animales cuando mueren? 2ª Parte
Autora: Daniela Camino E-mail: interespecies@gmail.com
¿Cómo es la muerte misma?
Vita, con leucemia viral felina, dos tumores y sida felino me había pedido que la esperase hasta una fecha específica para hacer la eutanasia, cerca de la luna llena. Ella tenía un carácter fuerte y definido, liderazgo, sabiduría y mucha determinación. Esta fecha de su partida ocurrió después de una semana de que había dejado de comer y 3 días después de que dejó de beber agua.
El proceso fue muy difícil para ambas, pero accedí a acompañarla hasta el final y hacer la eutanasia en el jardín de la casa, como ella había pedido. El último día fue extraordinario: me enseñó a ver lo que me rodeaba y la vida misma apreciando la gran belleza y lo extraordinario que es estar aquí. Lo vi todo de una manera sagrada, entre lágrimas y dolor en el corazón, con mucha gratitud…
Días después de su partida contacté con ella para que pudiera relatarme cómo había sido su muerte y cómo y dónde se encontraba.
– Mi proceso de muerte fue como una montaña rusa de la feria. En momentos es duro y en momentos es solo dejarse ir. Hasta que al final dejas de luchar. Hay una fuerza muy poderosa en acción durante la muerte. Todo ocurre por sí mismo.
Yo percibí una gran escalera de luz: un faro y un portal que me arrastraban hacia arriba. Ya desde un par de días antes de salir de mi cuerpo sabía cómo iba a ser mi viaje, tenía imágenes muy rápidas de ello. En realidad no tuve miedo. Sentí confianza y el que tú me permitieras quedarme hasta el momento que te lo pedí facilitó mucho las cosas. Fue un tiempo necesario para hacer las maletas, para saber qué pasaría del otro lado del velo, para arreglar cosas pendientes. Todo estuvo bien. El Doctor que vino a casa a hacer la eutanasia fue amable y respetuoso. Me gustó irme en el jardín…. Adoro los insectos y las plantas de la Tierra, y para mí fue como un postre, poder partir desde ahí.
– Y después de que saliste de tu cuerpo, ¿qué pasó?
– Me elevé… me pareció mucho tiempo o quizás estuve inconsciente, como adormilada en un abrazo de luz dorada rosada muy muy amorosa. Y luego, poco a poco empecé a despertar en este lugar, en el que estoy ahora. Se fueron presentando amigos y guías que habitan aquí, y ahora formamos una especie de grupo de trabajo. Me gusta lo que hago, es divertido, mi cuerpo energético es hermoso, mucho más flexible, y no siento ningún dolor o pesar.
– ¿Sufriste mucho esa semana sin comer o beber agua antes de la muerte?
– Creo que hubiera sido una partida muy confusa si la eutanasia hubiese sido antes, y creo que me hubiese ido quizás demasiado cansada, agotada, si hubiese sido después. Así que siento que fue perfecto.
– ¿Fue dolorosa la eutanasia?
– Se siente como intoxicación que pasa muy rápido, se te cierra la garganta y todo se pone oscuro. Estuve consciente en todo ese proceso, son cambios muy rápidos. Es aquí cuando uno debe de dejarse llevar y flotar. Los guías de luz te acompañan y te susurran al oído que así lo hagas, su energía comienza a abrazarte para que no sientas que caigas al vacío. El Ángel de la Muerte fue muy amoroso conmigo, lo sentí muy poderoso, sólido, gentil y luminoso. Su presencia fue una de las partes más hermosas de esa transición, y todavía lo recuerdo con agradecimiento. Su presencia es como un gran imán, y si uno puede fluir, entonces no hay miedo ni resistencia y puedes verle tal cual es. Su presencia es muy potente. (…) Creo que la muerte podría ser muy difícil si uno lucha en contra, intentando quedarse. No dudo que haya quienes lo hagan así, especialmente entre los humanos. La gente tiene miedo a la muerte porque también tiene miedo a la vida. Es así de simple. Confiar es muy muy importante cuando uno agoniza y trasciende. No hay nada más que uno pueda hacer mas que dejarse llevar, hay que abandonarse al proceso como si fuese un gran tobogán. ¿Puede uno resistirse a la caída de un gran tobogán? Puedes intentar detenerte con las uñas, gritar, enojarte, patalear, y entonces solo vivirás ese enojo y esa frustración. No entiendo porque lo quieren hacer tan complicado, además es muy rápido y luego llegas a este lugar tan bonito. ¿Qué habría que temer?
Cuando sienten miedo los humanos es que están llenos de cajones secretos con sorpresas. De este lado del velo ya no se pueden ocultar las sorpresas, así que yo diría que se tienen miedo a sí mismos. Pero yo siempre fui honesta, clara, hice en la tierra lo que me tocaba hacer. Amé al 100% y fui muy buena cazadora, así que no hay nada que lamentar por mi parte.
– (Y finaliza su reflexión)… Ahora bien… la vida toda es también un tobogán. Pasan cosas todo el tiempo y de la misma forma que hay que sentir una profunda confianza en la agonía y muerte, también hay que hacerlo en la vida. Solo fluir, seguir y disfrutar todo lo que llegue… pero los humanos son malísimos haciendo eso y por ello siento mucha compasión por ustedes. Pueden volver todo taaan complicado… …en la muerte hay un descanso de toda esa resistencia, al final, nada puede detener el morir, y tarde o temprano tendrán que dejarse fluir.
La dificultad de decidir una eutanasia
Decidir la eutanasia para nuestro amigo animal puede ser complicado y estresante, es una responsabilidad que no tenemos que tomar, por ejemplo, para con un abuelo humano…
En las consultas que realizo con este tema, he visto que a veces la gente decide realizar una eutanasia porque el veterinario dice que es lo correcto, sin que ellos estén seguros o convencidos de que es el momento adecuado para los miembros de la familia. A veces, la hacen porque es más cómodo para los humanos o bien porque enfrentar el dolor físico y la agonía del animal les resulta demasiado penoso. Y otras veces la retrasan mucho aunque el animal muestre claros signos de sufrimiento porque la muerte resulta algo insoportable para ellos.
Como relató Vita un poco más arriba, la muerte para los animales no es en realidad la tragedia que es para los humanos. Ellos no se separan nunca de su esencia y en general saben que regresarán a la fuente de “Todo lo que Es”. Para muchos animales, el contacto con guías y maestros que les instruyen sobre la muerte, empieza semanas antes de su trascendencia, entran y salen de su cuerpo y tienen flashes de información, gozo y luz.
Sin embargo, para algunos el apego a su cuerpo o a sus amados humanos les hace más difícil esta decisión. Cada animalito es un individuo, y por ello reaccionan frente a la muerte de maneras distintas, dependiendo de su carácter, historia, nivel de conciencia, relación con su familia humana, etc…
Los siguientes son algunos ejemplos de estas reacciones de los animales que pueden ilustrar la gran variedad de respuestas. (Los nombres han sido cambiados para la confidencialidad de los involucrados)
Walter, liderazgo y la última lección:
“Walter era un hermoso y sabio Pastor Alemán, el líder de una gran familia de perros. La consulta fue realizada pues su humano –Luis- sentía que era necesaria una despedida, y una preparación para ambos ante la inminencia de la eutanasia.
Cuando contacté a Walter él emitía una gran bondad y apertura, junto con un claro deseo de ya trascender este plano y subir a otros más sutiles. Me enseñó los cordones de luz que salían de su corazón hacia todos los perros que estaban en su protectorado, incluido su humano, y cómo por ese cordón ya les estaba avisando que se retiraba de este plano pronto y como también se estaba ya generando la transferencia de liderazgo con otro perro. Estas son algunas partes de lo que dijo en su consulta de despedida:
– Walter, siento que eres un ser hermoso e íntegro… ¿qué quieres decirle a Luis en tu partida… algún mensaje especial?
– … Luis puede tener muchos defectos pero es mi amigo. He observado, respetado sus decisiones y su forma de actuar. Le he acompañado en muchos momentos diferentes y hemos sido un buen equipo. Luis es intuitivo y generoso pero sin mí sentirá que la brújula se le ha ido… él contaba con mi energía para muchas cosas. Pero este es el momento que puede aprovechar para darse cuenta de todo esto y decidir crecer, está en sus manos, es su decisión. Mi energía en los rescates era completamente alineada, concentrada, entera. Por eso era efectiva y sin culpas, malentendidos o falsas ideas. Eso es lo que Luis añora de sí mismo: ser íntegro, completo, alineado con su parte más alta. Y eso es lo que admira en los perros como yo…por mi parte sé muy bien que ha llegado mi momento y seré valiente y decidido como siempre… no tengo miedo…
– Me siento muy raro al despedirme .. lo quiero mucho y siempre estará dentro de mi corazón…
– Y tú en el mío, siempre. No lo dudes. Pero haz de seguir tu camino y yo el mío. Este es el momento mi amigo, y no hay nada que temer. Si yo soy valiente para despedirme tú también puedes serlo. En cuanto al momento para irme quisiera que fuera cuanto antes. Mañana es buen día, o el sábado. Estoy listo y no quiero prolongar más esta despedida. Todo lo que yo en realidad entrego a los otros lo hago desde mi corazón, desde mi amor, desde mi verdad. Y si tú Luis necesitas de mi presencia vendré desde donde esté para guiarte e inspirarte… somos amigos, y eso nunca va a cambiar… Animo, los corazones no se separan nuca, y quizás volvamos a encontrarnos algún día.
China, la resistencia y el apego, partida en 3 pasos:
Esta pequeña perrita coker spaniel ya estaba enferma, con problemas de corazón, respiratorios y viejita. Estaban ya pensando en la eutanasia y me pidieron la contactara para conocer su opinión al respecto.
Al comentarle de los resultados que tenía el veterinario sobre el estado de su corazón, y que su enfermedad era irreversible, le pregunté si ella sentía que era el momento de partir. Dijo que estaba de acuerdo PERO que ella tenía antes cosas que hacer, como despedirse de algunas personas que hacía tiempo no veía y además, quiso quedarse un mes más en completo consentimiento como su despedida para la vida: comer todo lo que le diera la gana, las cosas más ricas para ella, subirse a la cama y que la apapacharan mucho.
En la siguiente conversación volvió a pedir una prórroga pues le dolía todavía despegarse de su familia, necesitaba tiempo para procesar su partida y conversamos al respecto.
Y en una tercera consulta reconoció que simplemente ya no podía más, estaba demasiado cansada y aceptó que era su momento de irse. La eutanasia se realizó dos días después de esta consulta en completa participación y aceptación de Nina.
Max: sorpresas, me quiero ir ¡ya!
Max era un hermoso perro basset hound, ganador de varios concursos de su raza.
La consulta me había sido solicitada para saber porque estaba tan triste, apagado y sobre todo tan gruñón. Tenía una enfermedad incurable del hígado pero su condición no era tal que la muerte pareciera inminente. Sin embargo, al comenzar la consulta Max se mostró muy contento de verme y sentirme (la consulta era a distancia), porque creía que yo había venido por él para llevármelo al mundo espiritual.
– ¿por qué tienes tanta prisa Max? ¿No eres amado y respetado en tu familia?
– Si, me quieren, me respetan como el mayor que soy…. Hemos tenido muchos logros y gracias a mí los humanos ostentan muchos premios y se sienten orgullosos… ya sabes cómo son los humanos… les gustan los premios (me dice sonriente y complacido)
– Si, han hecho un buen trabajo de equipo… entonces… por qué tanta prisa?
– Bueno (se pone reflexivo aquí, y me enseña que tiene el corazón roto, que ahí está su depresión), yo extraño a Nala… la sigo sintiendo muy presente, siento que tenemos esta conexión en nuestros corazones y ella me llama para que yo me vaya con ella. ¿Para qué esperar? Allá podremos estar juntos, y ella me está esperando. (Nala había sido su compañera también basset hound quien había trascendido hacía un año)
Al preguntarle por su familia humana y lo que ellos podrían sentir me dijo:
– Tengo mucho amor por todos, y mi prisa por trascender no quiero que la malinterpreten… los quiero y siento mucha gratitud. Pero creo que ya es suficiente… podría despedirme de cada uno de ellos, y después podría irme, no hay que esperar demasiado para ello. Estaré listo para una eutanasia en casa en dos semanas. Muchas gracias por escuchar este, mi más profundo deseo.
Los humanos se sorprendieron mucho ante esta respuesta de una eutanasia inminente, y no fueron receptivos a la petición de Max.”
Como podemos ver, no todos los animales reaccionan de la misma manera.
Normalmente necesitan un tiempo para procesar su partida, resolver los temas que todavía están pendientes y cerrar los ciclos, despedirse de su familia… por ello, si se cuenta con el apoyo de un comunicador interespecies es muy bueno poder preguntarle al animal mismo si ya está listo o qué necesita antes de partir.
En mi caso, realizo sanación para el animal que lo requiere y esto les ayuda a estar más ligeros, menos apegados, y poder salir de su cuerpo de una manera más amorosa y fácil. Pero si no se cuenta con el apoyo de un comunicador, lo que sugiero es que la persona decida esta eutanasia desde el punto interno más neutral y profundo (que no es lo mismo que racional). Además de contar con todos los datos que ha proporcionado el veterinario y siguiendo su propio sentido común.
Sabe que los ángeles de la familia y del animal están siempre presentes y acudirán a inspirarte la respuesta más adecuada si se los pides. Siente su presencia, siente lo que tu animal necesita desde tu corazón y confía en lo que recibes…
¿Cómo decidir una eutanasia?
Lo primero es estar bien aterrizado, (sentir el peso de nuestro cuerpo sobre la silla, el suelo, etc), visualizar raíces profundas y grandes que salen de nuestros pies hacia la Tierra y sentir que somos un gran árbol, estable y sólido. Respirar un aire ligero, luminoso y llevar este aire (quizás de color rosa o dorado) a nuestro corazón. Establecerse ahí, en paz, sintiendo ese espacio neutral, amoroso por algunos minutos.
Una vez tranquilos, desde ahí podemos preguntarnos si ya es el momento de ayudarle a salir de su cuerpo a nuestro amado amigo animal, y SENTIMOS la respuesta. Es muy posible que llegue como una respuesta sencilla, inmediata, directa y clara. No lo dudes, sigue la respuesta de tu corazón. Háblalo con tu amigo animal, despídete de él o ella agradeciéndole todo lo que han vivido juntos, explícale que has sentido que es el momento ideal para la eutanasia, explícale y dale un tiempo para que se ajuste a este aviso (quizás algunas horas). Luego realiza la eutanasia con confianza, amor, y suéltale…. Déjale ir.
Si ves que es muy difícil obtener una respuesta, o que la niegas al momento de obtenerla y la revuelves con justificaciones, emociones de miedo, rechazo, dolor (lo que sería muy normal en una situación estresante y dolorosa como es esta), entonces pregúntate a ti mismo: ¿qué me da este animal que no me pueda dar yo a mí mismo?, ¿es lo mismo amar que depender de alguien? Resuelve esto en ti (con sanación, hablando con algún amigo, o de la forma que sea mejor para ti) y vuelve a hacer este proceso de nuevo. Date permiso de equivocarte, de tener dudas. Date amor, respira amor, enraízate…. Y vuelve a empezar… confía en tu primera respuesta y fluye con ello.
Si decides o sientes que lo ideal es acompañarles en una muerte natural es importante contar con el apoyo de un hospicio, o al menos de un veterinario amoroso para que pueda orientarnos y conocer cómo es el proceso de agonía y muerte y qué podemos hacer para ayudar a nuestros animales en ese momento (darles agua, ponerles al sol, dejarles solos o no, etc).
Algunos consejos para apoyar a los animales en su agonía y transición
Sin duda alguna el mejor apoyo que podemos darles a nuestros amigos animales es trabajar o sanar nuestro propio miedo a la muerte y al dolor físico, la soledad o lo desconocido.
Todos contribuimos al infinito campo cuántico con nuestros pensamientos, emociones, intenciones, deseos y actos físicos… así que, ¿qué queremos añadir a la situación?
“En la muerte los mundos se tocan y lo que parece inamovible regresa a su verdadera dimensión de impermanente. Por ello la vida consigue una profundidad y sentido especiales en este momento. Es sagrada, especial. Se puede rezar a quien nosotros creamos, realizar un canto que nos permita estar presentes en nuestro corazón, prender una vela, quemar hierbas especiales, como la salvia, mirra, romero o cualquier otra cosa que nos inspire y nos dé certeza. El rezo es bueno porque nos conecta con la parte sagrada de lo que somos y nuestro mundo cotidiano entra en un paréntesis” (canalización de Búfalo Blanco, espíritu Indio Norteamericano)
Si se ha optado por una eutanasia, recomiendo generar un espacio y un tiempo especiales dentro de nosotros: PAZ, equilibrio, aceptación y amor. Al rezar, se recomienda acompañar al espíritu del animal en su recorrido ascendente durante al menos 2 hrs después de que se ha detenido el corazón.
Ya que la conciencia del animal ha de salir de todos los aspectos físicos, emocionales, mentales y energéticos del cuerpo en esta dimensión, también es recomendable dejar el cuerpo en reposo al menos 6 horas (o toda la noche) después de que ha parado el corazón, así permitimos que esa retirada de la conciencia se haga sin ser disturbada.
Para encontrar más apoyo durante el duelo, puedes entrar a la pag web de Teresa Wagner, comunicadora con animales en EUA especializada en este tema, tiene artículos y referencias a libros que pueden ayudarte: www.animalsinourhearts.com y conseguir el libro de Penélope Smith Animal’s in Spirit que contiene relatos de varias comunicadoras y animales distintos sobre la muerte desde su perspectiva.
El sentido de la muerte y de la vida desde la perspectiva de “Búfalo Blanco”, espíritu guía
Tras la muerte de Vita, busqué entre mis guías y amigos espirituales más sabiduría para entender y aceptar mi propio dolor. Búfalo Blanco, el espíritu de un sabio indio norteamericano vino a apoyarme con las siguientes palabras. Las anexo a este escrito ya que para mí fueron de gran utilidad.
“La muerte no está separada de la vida, cerramos ciclos todo el tiempo y comenzamos otros nuevos, como las olas del océano, como el día y la noche. Es el vaivén de la impermanencia.
Solo que en nuestro espacio de conciencia/tiempo (span) la vida parece una unidad separada, aislada y sin un antes o un después. Sin embargo, esta es la limitación a verlo de una manera más integrada, simplemente porque los absolutos no existen. La vida no tiene sustento ni significado sin la muerte.
Es muy importante que los humanos cambien su conciencia y anhelo de buscar lo sólido y lo fijo de la vida, porque entonces siempre hay pesar. Así que lo primero es aceptar la impermanencia, esta es la naturaleza de las cosas. Justamente por eso los animales viven menos que los humanos, y en cada paso nos enseñan su gracia y ligereza, contrastando con la pesadumbre de nuestra existencia.
Es muy raro ver animales deprimidos (o solo si están bajo el yugo de los humanos), y entonces nos reflejan cómo estamos. La vida y muerte de los animales que observamos nos enseñan sobre el flujo, son parte de la naturaleza que fluye todo el tiempo. Ellos no se detienen y menos en el momento de la muerte.
La muerte, digamos, es un gran portal, al que entran y salen “cosas”. Lo que regresa de ese portal es la profundidad de la vida, el sentido último del presente. Los animales entran al regazo de la muerte con confianza. En aceptación de que así son las cosas. De hecho, ¿porque tendría que ser de otra forma? Somos los humanos que intentamos detener el flujo o resistirnos a este paso, este portal. Pero como el agua que se detiene en el hielo, el que se detiene ante el flujo se congela y vive por un momento la infelicidad. Es así de simple.
El lugar al que se van los animales no es como un sitio que puedas localizar en un mapa.
Es este mismo espacio que se despliega en varias dimensiones y tiempos. Los animales son llevados al espacio/tiempo que les corresponda a cada uno, para eventualmente tomar otro cuerpo y volver a ser parte de esta dimensión física, y experimentar así otras partes de su Ser. Esas dimensiones/tiempo no son nada especial, como tampoco es nada especial esta dimensión/tiempo, pues todo es parte del flujo.
Pero si quieres saber, hay diferentes “jardines”, espacios, como si fuesen cuartos distintos de una misma casa. Pero el Ser eventualmente recorre todos los espacios de su casa, o de su creación. Así pues, lo que tu haz visto es el comienzo del despegar. En animales “dañados” por el hombre (o por cualquier otra causa de la naturaleza que pueda dañarles, hay más fuerzas en acción aparte de ustedes), se les eleva a un espacio de sanación, donde se les restituye la fuerza perdida. Muchos de los animales no lo necesitan, pero sí ascienden a espacios astrales donde viven otras lecciones que corresponden al “tono” de su existencia. Es así que cada quién, en un principio de justicia Universal, recoge exactamente lo que le corresponde.
Una vez que su Ser sea llenado de esas gratas experiencias y se ha enriquecido, en algún punto de su camino, un gran Consejo sabio de seres sin tiempo ni forma, ofrece su guía y recomienda el paso a seguir. Ya sea para que ese Ser siga en planos sutiles, o baje al mundo denso a volver a probar el agua…
Bajo el rubro “animales” hay muchos propósitos y conciencias distintas. Algunos son conciencias colectivas, otros más individuales, y todos ellos tienen siempre espíritus guías que les procuran y cuidan. Sabemos que el viaje al mundo denso es una gran aventura y no les abandonamos. Tampoco cuando son almas jóvenes y requieren de más guía. En todos los casos, siempre hay hermanos mayores para apoyarles en su camino.
En cuanto a las diferencias con los humanos, éstos tienen mayor confusión y también un mayor potencial, simplemente porque son experiencias distintas. Los animales son almas que tienen conciencia y chispa divina, pero en cada caso el potencial es diferente (potencial para brillar, crear, seducir, etc)
Un alma sí puede reencarnar en un animal y luego en humano o viceversa. Es parte de las decisiones que tomamos antes de nacer y corresponden también a nuestro Tono (o vibración).
A un animal se le puede apoyar en la muerte con hierbas sagradas (salvia, romero, jengibre son un buen acompañamiento (en mi cultura). Pero en realidad hacer una práctica espiritual que traiga paz es lo adecuado. Generar un espacio sagrado, especial, de introspección y meditación, reflexión y despedida.
En la muerte los mundos se tocan y lo que parece inamovible regresa a su verdadera dimensión de impermanente. Por ello la vida consigue una profundidad y sentido especiales en este momento. Si, el rezo es bueno porque nos conecta con la parte sagrada de lo que somos y nuestro mundo entra en un paréntesis “especial”.
Al rezar, acompañar al espíritu del animal en su recorrido ascendente. Con velas, incienso, un espíritu sereno como el agua de un lago con luna. Y hacer esto hasta 2 hrs después de que se ha detenido el corazón es buena idea. Esto disminuye las opciones de que ese ser pueda detener su viaje en aspectos más densos del mundo espiritual.
El sufrimiento del espíritu viene cuando el tono verdadero de ese ser no alcanza el espacio que le corresponde por completo… y aunque se detenga en ese espacio que no le corresponde, eventualmente todo regresa a su lugar exacto. Tarde o temprano todo alcanza su equilibrio… pero como el Universo se expande siempre, pues es una danza constante y perfecta.
¡¡ GRACIAS DANIELA!!! por permitirnos compartir…gracias, gracias…