Acebo (Holly)
Nombre científico: Ilex aquifolium (Celastráceas).
Sistemas florales: Bach.
Función: Es una planta de transformación. Trabaja la falta de tolerancia con los demás, disipando los estados negativos relacionados con la misma, como la ira, la rabia, la agresividad, la envidia, el odio, la venganza, los celos. Favorece el respeto hacia uno mismo y con el entorno, las personas y las cosas. Es una esencia de amor, de amor universal. Es de las que enseñan el aprecio de lo bueno que tiene la vida y el disfrute con uno mismo y con las cosas.
El aprendizaje de su lección supone un paso hacia adelante para el logro de un estado de equilibrio; difícilmente se puede encontrar el equilibrio si se está continuamente observando el camino de los demás. Cuando en lugar de mirar el camino propio se está pendiente del de los otros probablemente no se tendrá la capacidad de observación de las cosas bonitas que crecen dentro de uno. Será fácil entonces el tropiezo en todo lo que se interponga, pues los ojos no verán, ni habrá sensibilidad y crecerán malas hierbas.
Las malas hierbas del camino son lo mismo que las malas emociones que se producen en el interior. Cuando no hay alegría por el bien ajeno se genera envidia, rabia o celos, y eso se transforma en una energía interior que, al igual que las hojas viejas de la planta, da lugar a pinchos, no permitiendo la aproximación de otras personas o causando con facilidad daño si se acercan.
Esta energía alterada se expresa a través del chakra de la Garganta (5º), fluyendo como un gran volcán de lava incontrolada. Al igual que sobre la superficie de la hojas no se acumula ninguna mota de polvo, es un estado que generalmente no deja residuos en el interior, pues obliga a la liberación de las energías hacia el exterior, aunque no deja de ser cierto que esa expulsión hiere a los demás.
Mecanismo de acción: La esencia abre el chakra del Corazón (4º) para que a través del amor haya mayor capacidad de disfrute del propio camino y de apreciación de la belleza de todo lo que se tiene. Muestra que sólo una persona satisfecha consigo misma no desea las cosas de los demás. Enseña la alegría por el bien ajeno, pero de verdad, con sinceridad. No ha de olvidarse que todo ello genera un camino con suerte, pues una energía positiva ayuda a una vida positiva y una energía negativa atrae cosas negativas.
La esencia actúa dando en primer lugar comprensión y provocando posteriormente una transformación. Todas las esencias que enseñan el reconocimiento de lo bueno trabajan la alegría de la vida, la apertura del Corazón y, por lo tanto, la transformación.
Indicaciones: Hay diferentes grados de este estado energético negativo:
1. Para personas malhumoradas, insatisfechas, que siempre se quejan de todo, que son negativos hacia afuera y de quienes la gente se aparta; los que podrían llamarse cenizos. Nunca nada está bien para ellos y son incapaces de dar cosas bonitas a su alrededor. Siempre buscan la culpa en los demás y no son capaces de apreciar nada bueno en nadie. Aunque parezca un estado muy negativo es el más leve, pues al menos son más abiertos y sinceros.
Este estado energético en los niños sería el de aquellos que pegan a sus hermanos, que gritan, que rompen las cosas, en una palabra, que es evidente su forma de ser.
2. Otro perfil aparece en personas sumamente envidiosas, que no se alegran de la suerte de los demás, y sin embargo, aparentan estar encantadas; generan una energía engañosa, por lo que la gente no se aparta de ellas y recibe todos los pinchos. Son orgullosos, incapaces del aprecio de lo que tienen, desean lo de los demás, pero jamás lo aparentan. Eso les lleva a desencadenar ira e insatisfacción en su interior. Pueden degenerar en una doble cara, una que parece alegrarse del bien ajeno y otra que en muchos casos puede dar lugar a habladurías como forma de exteriorización de la energía negativa que generan en su interior. Son mucho más abundantes de lo que se cree.
Este estado energético en los niños sería el de los que se muestran aparentemente contentos, serviciales, cariñosos, pero que dañan a su hermano a escondidas y luego ponen carita de ángel; o el de aquellos que roban y esconden su botín. Sufren mucho.
3. Otro perfil mucho más grave es el de aquellas personas a las que la suerte de los demás les puede llegar a provocar odio. Esta es una de las plantas que mejor trabajan este estado psicológico. El fruto de esta energía sería como el veneno de las bayas. Este estado puede llevar al desencadenamiento de una venganza; sería la forma más negativa.
Todas estas personas sufren en mayor o menor grado, y todas son incapaces de controlarlo.
Observaciones: En el estado Acebo los individuos son generalmente conscientes. En el que se ha descrito como segundo perfil, con frecuencia se encuentra asociado un patrón Achicoria. El tercer estado puede ir acompañado de una energía Sauce. Los estados más graves pueden llevar a la paranoia y a la psicosis maníaco-depresiva.
Hay diversos aspectos comunes con Sauce (Salix vitellina). La principal diferencia estribaría en la capacidad de toma de consciencia de las cosas, Acebo suele ser consciente, mientras que Sauce actúa inconscientemente. Acebo produce una energía hacia el exterior que se suele ver con facilidad porque le es difícil contenerla, mientras que Sauce la genera y muy grave hacia el interior y no es capaz de expresarla. Ambos tienen tendencia a echar la culpa hacia los demás.