Ares en la Danza de Adán.
Autor: Eduardo H. Grecco
email: eduardohoraciogrecco@gmail.com
Para comprender un poco más profundamente el significado arquetípico de Ares, es necesario reconstruir algunas cuestiones de su historia. Hechos tales como el no haber sido un hijo aceptado por su padre, pero si amado por su madre, sus relaciones triangulares o los eventos en los cuales manifiesta sus sentimientos hostiles.
Su hermana Eris, la discordia, explica muy bien algunos aspectos de su carácter amante de la guerra por la lucha en sí misma. Eris usaba, con frecuencia, para alcanzar sus fines dos herramientas: los celos y los rumores. Y, salvo por su hermana, que no era ninguna pinturita, y por Afrodita que se inclina por él desde alguna simiente pasional y perversa de su alma, Ares era un personaje odiado por todos aquellos que lo conocían. Claro, y este comentario tiene su punto curioso, un dios agradecido a Ares era su tío Hades a quien Ares proveía de habitantes para su reino, fruto de muertes provocadas por guerras crueles, feroces y brutales.
Aunque buen guerrero no era invencible. Es interesante que Palas Atenea, lo haya derrotado en dos oportunidades, como si la mitología enseñara que la habilidad puede más que la fuerza y que el elemento de esta Diosa es capaz de doblegar los imperativos marciales de ciertos hombres. Es decir les hacen ver su lado vulnerable. También lo hizo Heracles, hijo de Zeus, odiado por Hera. Y, no es poco singular que mientras Heracles tuvo de maestro al sabio Quirón, Ares fue discípulo de Priapo. Claro, lo que Priapo pudo enseñarle fue a pelear, usar la fuerza para conseguir sus propósitos, el uso de dotes amatorios y la falta de respeto a los límites.
No menos importante que lo ya señalado, es su historia de triángulos. Ya conocemos su posición en la historia de Afrodita y Hefesto, con quien comparte en común el ser “Dioses manuales”. Mientras Hefesto canalizaba su agresividad mediante la artesanía del fuego en una fragua (con toda la evocación con la maestría alquímica que conlleva) Ares no se detenía a sublimar sino que la descargaba por medio de las armas. Sin embargo, la historia que despierta un más impertinente visión de Ares es la que lo relaciona con Adonis.
Hijo de un adulterio carente de intención de serlo, cuya madre Mirra se transformó en este árbol, para evitar ser asesinada por su padre, literalmente nació, a los diez meses de este evento surgiendo del tronco de la Mirra. Afrodita se apiadó de él a causa de su belleza, lo recogió y lo dio a cuidar a Perséfone. La reina del inframundo se enamoró de Adonis y no accedió a devolverlo a Afrodita cuando ésta lo reclamó. Zeus zanjo la disputa estableciendo que Adonis viviría un tercio del año con Afrodita, otro tercio con Perséfone y el resto donde quisiera. Algunos mitógrafos comentan, que dado que estas diosas eran muy pasionales Adonis necesitaba descansar un poco.
Pero Afrodita se las arreglaba para que en los meses libres Adonis se quedara con ella. Perséfone celosa le contó a Ares de esta circunstancia y Ares, en un ataque de celos, ideo la forma de matar a Adonis pro medio de un jabalí salvaje. La sangre derramada de Adonis y las lágrimas de Afrodita pro su muerte se vinculan al nacimiento de las anémonas y las rosas rojas.
Aquí vemos un aspecto habitual de Ares: la fuerza bruta, los celos, la incapacidad de aceptar compartir.
Amante y guerrero.
Es el modelo del poder físico masculino, de la intensidad y la acción inmediata. Apasionado y vitalista, vive el presente sin preocuparse de nada más. El hombre Ares está en contacto con su cuerpo y sus sentimientos y vive alejado del mundo de las ideas. Representa la capacidad de combatir, de luchar por una pasión o creencia. Al igual que deidad guerrera, también es el amante por naturaleza. Las relaciones íntimas son para él un arte, y a diferencia de otros arquetipos, en la cama convierte a la mujer en su igual.
Nunca viola ni atropella, ama y se entrega. Representa el culto al cuerpo, axial que no es raro que los Ares resulten grandes deportistas y bailarines. Leales, valientes, terrenales y enérgicos, encarnan a los soldados, militares y a los deportistas. Como padres pueden ser muy protectores, estarán en todos los momentos importantes de la vida de sus hijos, El principal problema que se encuentran es su impulsividad. Cuando les provocan responden con agresividad. Por ello han de aprender a auto controlarse.
Si usted está en esta situación invoque al arquetipo de Atenea para que le ayude a tomarse unos segundos para reflexionar; al de Hermes para que utilice la palabra y la astucia en lugar de los puños; y al de Apolo, para que le haga mirar la situación desde fuera y sopesar las consecuencias.
Las personas marcadas con este arquetipo se caracterizan por ser luchadores, agresivos, personas apasionadas en sus ideales y defenderán sus creencias con su propia vida.
Como dios guerrero que es, es demasiado autoritario gobierna su entorno y son sobrevivientes nunca se dan por vencidos y llegan a ser demasiado violentos, en sus relaciones es un gran amante y se esforzara por complacer a su pareja aunque puede llegar a ser demasiado obsesivo por proteger o defender a su pareja y su familia.
Rasgos:
* Supervivientes, luchadores.
* Guerreros con coraje
* Poder de iniciativa
* Autoafirmación
* En ocasiones, exceso de agresividad.
* Autoritarios
Metal: Hierro – Marte. Ares está vinculado con el hierro. Esta energía lleva a las esencias florales a accionar sobre sangre, vesícula biliar, circulación arterial, habla, pulso, secreciones biliares. Sistema kinestésico, cadera, nariz izquierda.
En el campo psicológico falta de voluntad, ironía, cólera, necesidad de destrucción, tartamudez, miedo a la vida, depresión, agresividad hacia el débil, abulia, idealista, ponerse metas inalcanzables, miedo a carecer de identidad, desinterés por el presente, necesidad de ser especial y diferenciarse de lo “común”, al punto de llegar a la extravagancia.
Patologías físicas tales como: enfermedades de la sangre, cólico hepático, ronquera, nefrosis lípida, anemias hipo crómicas, alergias, hipertensión arterial esencial, jaquecas, anemias, problemas en la asimilación del hierro y el transporte de oxígeno.
Defecto: ira
Virtud: diligencia
Polaridad: Estaño – Júpiter.