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El bautizo del cielo  (Medicina china)

El bautizo del cielo  (Medicina china)

Los pulmones, durante la vida intrauterina están llenos de agua.

 Cuando se produce el corte del cordón umbilical, que nos separa del complemento placentario, se colman de aire. Y, a la par de este hecho, gritamos.

Nos vaciamos de agua para llenarnos de aire. Allí acontece nuestra primera pérdida, la primera tristeza de nuestra vida y comenzamos ese ciclo vital y rítmico de inspirar-expirar, de tomar y dar que nos acompaña a lo largo de toda la aventura de la vida. Tomar y dar.

A veces no sabemos tomar, como si los bienes del mundo fueran escasos o cómo si no fuéramos merecedores de ellos. En otros casos, nos cuesta dar como si tuviéramos miedo a quedar vacíos o el egoísmo nos dominara. Recibir y entregar.

Miremos nuestra vida de relaciones y veamos si compartimos el aliento, si nos acercamos lo suficiente para escuchar la respiración de quienes decimos que amamos. Conspirar, más allá del significado habitual que le damos, implica compartir el aliento, el espíritu.

Y, de esto se trata en la vida, de estar plenamente con los otros que amamos compartiendo aliento, alma, afectos.

Por eso, benditos pulmones que desde el primer momento nos enseñaron a tomar y dar, recibir y entregar, en esa maravillosa y mágica simetría que se llama relación.

Y, allí se hace presente Willow en frase de Bach: “Para que aprendamos, por igual, a dar como a tomar.”

Eduardo H.Grecco  eduardohoraciogrecco@gmail.com