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El bazo misterioso

El bazo misterioso

Autores: Eduardo Grecco y Pablo Noriega

“Ten en cuenta al caminar que, a tus espaldas, tu sombra y tu luz se entienden”

Nemer Ibn El barud “El último paso de nuestra llegada ,es el primero que da la despedida”

Nemer Ibn El barud

El bazo es un órgano misterioso que hunde sus raíces en el universo sanguíneo e inmunitario y que abriga en su seno un segmento de la identidad de la persona, aquel que es concebido como fruto de los procesos de identificación que suceden a lo largo y lo ancho de una biografía.

En el bazo no sólo se fabrica y retiene sangre y linfocitos, sino que también se atesoran las fijaciones biográficas que construyen los modelos de nuestros vínculos. De algún modo, el bazo, funciona como el líder de nuestras relaciones transferenciales, esto es, de la presencia de la fuerza del pasado en el presente, del ayer en el hoy.

Es por eso que cuando éste rojizo órgano no desarrolla adecuadamente su trabajo la memoria comienza a funcionar obsesivamente y la persona queda ligada a experiencias de los tiempos idos. Ideas y experiencias que en lugar de actuar facilitándole los procesos se convierten en un estorbo mental que no le permiten avanzar hacia ninguna otra dirección que no sea el girar, como una noria, sobre sí misma.

Los síntomas que entonces aparecen reflejan la presencia de una pérdida de adaptación, una suerte de incapacidad para reaccionar creativamente hacia una situación actual que requiere, para hacer tal logro, que se abandonen modalidades de conducta ya inadecuadas.

Si esto lo llevamos, por ejemplo, al sistema inmunitario se puede comprender como las reacciones alérgicas implican un compromiso emocional y orgánico del bazo, un rechazo desproporcionado que no guarda relación con el estímulo presente y que esta condicionado por una antigua fijación que continua, imperativamente, actuando hoy.

La fijación es una detención en el desarrollo. Significa que nos hemos quedados cristalizados en ese punto por haber abortado una experiencia en lugar de vivirla, ya que sólo se puede dejar atrás algo que se ha vivido intensamente.

Pero esto que decimos acerca de la ”fijación” puede mirarse desde el costado de “acción adecuada” y pensar que el bazo permite aprender e incorporar, a nuestra vida, moldes útiles para responder con eficiencia a las demandas de la realidad.

La esponja que da confianza

El bazo se contrae y se dilata para enviar sangre al sistema circulatorio. Como todo el cuerpo se asemeja a un ritmo de extensión contracción como si el universo lo hiciera vibrar a su compás o como si quisiera asemejar sus movimientos a los del corazón o del pulmón. En cualquiera de los dos casos parece funcionar como una esponja y hasta como ella doblar su tamaño.

Hace par con el páncreas para oponerse emocionalmente a la pareja hígado – vesícula biliar, ya que mientras esta se baña en los ríos de la amargura y la melancolía por lo perdido, ellos “retinen” sin poder disfrutar de lo que disponen. Pero su relación con le páncreas no se agota en esto ya que ambos órganos están al servicio de la producción de insulina, substancia que afectivamente se vincula con los sentimientos de impropiedad, mal humor e irritabilidad y sus polaridades.

El bazo puede almacenar hierro, reservar energías para dar “carreras de fondo”, actuar como una central de comunicaciones y aumentar las defensas del organismo. Estas funciones dan un perfil de los procesos afectivos en los cuales interviene.

El bazo protege. Es el regente del sistema linfático y el guía de nuestros sentimientos de confianza. Esto lo une al corazón y lo aleja del páncreas pero, de cualquier modo, la falta de confianza en uno mismo y en la vida afecta severamente al bazo así como las afecciones del bazo las socavan y dañan.

El sistema linfático es un conjunto de estructuras diseminadas por todo el cuerpo en forma de red. Esta compleja red tiene como tareas principales la acción inmunitaria, reabsorción de líquidos y la acción depuradora y el bazo juega en ella el rol de coordinador y de algún modo se ve involucrado en estas actividades. Siempre es bueno pensar que una alteración linfática implica un compromiso del bazo, tal vez no orgánico, pero si emocional.

La confianza es cercana a la certidumbre, la seguridad y la esperanza aunque se diferencia de cada una de ellas ya que su centro se recorta sobre el saber a donde ir y como nutrir de nuestra sangre y nuestras proteínas que aseguran así que nuestro cuerpo esta a salvo y protegido. La seguridad tiene que ver con el carácter, por eso su falta afecta los huesos, que representan en el cuerpo lo que es el carácter en el alma, mientras que la confianza con la protección, con el salvaguardar algo intacto. Dicho en términos corporales la seguridad es ósea, la certidumbre cerebral y la confianza visceral, en especial del bazo.

Otra cuestión importante del bazo es su relación con el timo y el hipotálamo en dos temas: la producción y mantenimiento de las células inmunitarias presentes en la sangre y el equilibrio sanguíneo en sí mismo.

El bazo en la Medicina Tradicional China

Asociado al buey y al centro, al amarillo y la humedad, a la tierra y la mutación, a la reflexión y la tarde, al pensamiento rumiativo y rememorativo y el control de la forma del cuerpo, para la MTCH el bazo proporciona el sustento que nutre el organismo, como si el arquetipo del proveedor morara en él.

Asociado al estómago gobierna los músculos largos, carne, labios, boca, párpados, linfa y saliva y sostiene los músculos, la carne y las vísceras en su sitio, es decir la memoria biográfica, las creencias y mandatos y los afectos.

Al proporcionar nutrición al cuerpo el bazo logra que el organismo se mantenga unido y en pie, evita que las vísceras prolapsen, que la gravedad lo abrume y que la sangre salga de los canales que la conducen.

Al enfrentar la gravedad y dar densidad al organismo el bazo ocupa el lugar de quien hace que los aspectos más sutiles se hagan “visibles”. Pero además, a diferencia del rinón que tiene que ver con lo ancestral, el bazo es representante de lo adquirido. Esto implica desde la fonología corporal una lectura emocional ya que lo ancestral tiene que ver con el riñon, los miedos y la seguridad y lo adquirido con el aprendizaje, la nostalgia y la obsesividad.

Si esto se planteara sistemáticamente las funciones del bazo podrían separarse en al MTCH del siguiente modo:

a) Transporte y transformación

Implica recibir las sustancias como líquidos, sólidos, etc., transformarlas en su aspecto esencial inmaterial y transportarlo para nutrir con el la totalidad del organismo. En esto esta comprometido el metabolismo y la digestión.

Del mismo modo se cumple con el agua y al humedad haciéndola circular y evitando que se estanque y acumule.

b) Ascenso de lo puro

La esencia sutil de los alimentos gracias a la acción del bazo es llevada hacia el pulmón mientras que el aspecto “turbio” desciende hacia el estómago con quien, el bazo conforma la “cocina” carnal y espiritual de la persona. Esta función es vital para la función del organismo y para mantener las vísceras en su lugar.

c) Control y producción de la sangre

La producción de sangre por parte del bazo es fruto de su función de transformación mientras que su energía tiene la cualidad de mantener al sangre en los vasos evitando así todo tipo de hemorragia.

Pasado, patrones vinculares y bazo

Así, como el corazón vive en el puro presente y el hígado indaga el futuro, el bazo es esclavo del pasado y, bien aspectado, el que nos focaliza en el presente. Sobre este triángulo temporo-visceral conviene detenerse ya que ilustra la dinámica de la conducta del hombre.

El corazón es el gobernante de todo el proceso vital y es el que da colorido e intensidad a los comportamientos. Sin la presencia cardíaca nuestras respuestas carecerían de expresión y modulación, serían como la repetición de una película aburrida y sosa. El hígado, en cambio, proporciona el impulso para llevar adelante el propósito, la pulsión de realizar sin la cual todo quedaría en sueños, y el bazo, la motivación o las ganas de permanecer enfocado en un mismo lugar o en una misma relación.

A semejanza del bazo el riñón brinda la capacidad de permanecer en el tiempo (continuidad) detrás de este esfuerzo, da voluntad, y evita, de algún modo, el ser “una veleta” que esta a merced de la fuerza de las mareas que pretenden alejarnos del norte elegido. En otra imagen, el riñón es la firmeza de un persistente timón que guía la deriva del barco de la existencia hacia el cumplimiento de un objetivo al cual el bazo se aferra.

Por esto la melancolía del hígado implica enfrentar al hombre a un horizonte cerrado y un abismo sin fondo, mientras que el bazo se expresa por medio de una complaciente y ritual nostalgia en la cual se regodea.

Si llevamos esto a las relaciones interpersonales el bazo parece pretender guardar el recuerdo del ayer, tal vez magnificado, idealizado o doloroso, pero siempre cercano a una pauta que ata, detiene y no deja avanzar. A que está ligada, en el pasado, una persona, es la pregunta central del bazo.

En cada encuentro (entre personas o cuando un agente invade el organismo como un virus) lo aprendido sirve como enseñanza para funcionar mas productivamente. El pasado actúa aquí como una guía informativa para decidir más eficazmente. Pero cuando el bazo no se encuentra convenientemente equilibrado fracasa en la función de registrar, clasificar, conservar, integrar y reformular la experiencia y esto coloca a la persona en una posición vulnerable y susceptible a cualquier posibilidad de enfermedad.

La nostalgia del bazo

La emoción de la nostalgia puede referirse tanto hacia lo dejado atrás como a lo aun no advenido. De un modo u otro, en la pérdida o la ausencia, la nostalgia es como la mordedura del destino que aprisiona, que no suelta, que nos apega a lo que fue o a lo que no puede ser y que deja un sabor agridulce como vivencia. Una nube de húmeda neblina invernal que invade y nos hace suspirar por el sol ausente, es la condición metafórica de la nostalgia.

Pero no existe una única nostalgia. Deberíamos distinguir por lo menos cuatro anclajes de esta emoción: pulmonar, cardiaca, cerebral y la asociada al bazo.

La pulmonar se expresa bajo la forma de una tristeza que domina al alma que sueña por lo ausente. La cardiaca como atadura del amor que rompió el corazón pero aún se anhela. La cerebral bajo la forma de un dolor o una perseverante incertidumbre que se pregunta sobre dudas sin respuestas. En cambio la nostalgia del bazo puede resumirse en una frase de Virgilio Espósito: Fui en tu vida lo mejor de la neblina del ayer. Como expresaría un psicoanalista: es la marca del Edipo de cada quién, determinando la vida.

Cuando el bazo enferma, enferma de deseo y de nostalgia. Anorexia, abombamiento del abdomen, debilidad o pesadez de los cuatro miembros, apatía, digestión perturbada, adelgazamiento, insomnio, sueño agitado, palpitaciones, obsesiones, rumiación, vértigo, estancamiento en todos los sistemas, diarreas, astenia mental, son algunos de los síntomas posibles cuando estas emociones se sofocan.

Haciendo una comparación podríamos decir que la clínica enseña que lo que es indigestión para el sistema digestivo es pérdida de respuesta adecuada y aprendizaje en el sistema inmunitario y estancamiento de emociones, obsesión e ideas fijas en el psiquismo.

Es por eso que resulta conveniente tener presente que el regente del meridiano de la nostalgia es el bazo. Pero del mismo modo a como el corazón rige la piedad el bazo gobierna la compasión. Deseo y apatía, obsesión y fluidez, nostalgia y compasión parecerían ser las polaridades por las cuales transita el misterioso bazo.

El meridiano de la nostalgia

El concepto de meridianos emocionales se refiere a un recorrido que en el cuerpo hace la emoción y que permite capturar tras la diversidad de síntomas una única estructura afectiva que los causa. Este recorrido esta marcado por las claves de inervación somática de cada emoción que dibujan, sobre la textura somática interna y externa, un trazado que la clínica puede deducir e identificar.

En el caso particular del meridiano de la nostalgia algunas de las zonas que transitan son: lóbulo occipital, sistema límbico, lóbulo de las orejas, párpados, lagrimales, labios, nuez de la garganta, esternón, pleura, pericardio, peritoneo, bazo, los productos de los testículos y ovarios, cara interna media de la pierna, fosa poplitea, el arco interno del pie entre otras.

Lo que nos da el bazo

El bazo nos da persistencia en la orientación mental y perspectiva psicológica desde la cual el hombre mira el mundo, identidad continua en relación con el lugar, la gente y los valores (arraigo dinámico del individuo ya que los huesos y el riñón dan el arraigo estático) y un punto de comparación para discriminar lo propio de lo ajeno.

El legado del bazo se mide es aprendizaje, adaptación y capacidad de inclusión. Si es demasiado móvil o en exceso fijo se produce una ruptura significativa en el equilibrio que el bazo debe mantener entre lo ajeno y lo propio, entre lo diferente y lo semejante y el resultado es patología inmunitaria entre otras disfunciones.

Hígado y bazo son como hermanos en la tarea de hacer de lo extraño algo conocido. La diferencia entre ambos estriba en que la alquimia transformadora del bazo sigue las leyes de la vía húmeda y reflexiva y la del hígado la de la sequedad impetuosa.

Es por eso que pulmón-tristeza se aproxima a hígado-melancolía del mismo modo que el pulmón controla y equilibra al hígado. Así mismo, bazo y corazón también se aproximan y se diferencian ya que el bazo-nostalgia sigue las leyes de conversión del agua mientras que el corazón las del fuego. El bazo estanca, el corazón empuja y expande.

El bazo y las esencias florales

Con estas perspectivas en mente y la experiencia de la clínica podemos aproximar a que el regente floral del bazo, así como del meridiano de la nostalgia, es la esencia de jardín de Bach: Honeysuckle. Siempre que el bazo este presente en un padecer o la nostalgia ronde el alma o el cuerpo esta esencia es importante para prescribir no sólo por su acción puntual sino por su capacidad de generar un cambio significativo en los patrones que mantienen a la persona bajo la energía obsesiva y narrativa que enferma.

Otras esencias que trabajan los patrones de esta víscera son White Chestnut, Forget-Me-Not, Chestnut Bud, Chaparral, Boronia, Hibbertia, Dagger Hakea, Lotus, Chrysanthemum, Fairy Lantern, Crab Apple, Purple Monkeyflower, Sagebrush y Bouganvillea.

Final

Hemos querido aproximar un modo de leer la clínica donde varias corrientes convergen para observar y pensar lo que los síntomas y los vínculos nos enseñan. Si solo vemos al bazo como una víscera material y anatómica y nos olvidamos que el cuerpo vibra y que las emociones son vibración y que las emociones anclan en el cuerpo por similitud de frecuencia vibratoria, nos perderemos de darnos cuenta que el misterio del bazo no radica en su fisiología desconocida sino en los afectos que en torno de él se edifican. Afectos que atan y desatan, que olvidan y recuerdan, que fluyen y que obsesionan. Afectos, en suma, que hablan por el bazo que es emoción, energía, mito y personaje.

Los chinos solían señalar que la energía del bazo estaba referida a un aspecto más lógico en comparación con la del corazón que es más emocional. Peor esto no nos da derecho, ni implica, disociar el sentir del reflexionar, el corazón del bazo. Cuando esto ocurre la persona se transforma en un obsedante que aísla sus sentimientos o en un impulsivo que no reflexiona sobre lo que sus emociones le hacen vivir.

Las cualidades de estos dos órganos manifestándose armónicamente, en cambio, muestran equilibrio, balance junto con expresividad y calor. Poner corazón en el bazo y bazo en el corazón, de esto es lo que se trata para intentar develar el misterio del bazo. El bazo es hijo del corazón en la tradición china y esto puede significar, entre otras cosas, que el sentir precede al pensar, que la experiencia a la reflexión y que el dar al tomar.