Espagiria y Terapia Floral
Autor: Eduardo H. Grecco
email: eduardohgrecco@gmail.com
La espagiria aparece como un intento para comprender al mundo en su unidad y funcionando según un plan divino perfecto, donde todos y cada uno de los componentes que lo integran se corresponden entre sí armónicamente.
Su visión reposa sobre la concepción de la existencia del Spiritus Mundi como manifestación de la fuerza creadora de Dios, que es la verdadera estrella del proceso alquímico y espagírico y sobre la idea fundamental de la analogía y relación perfecta que unen al individuo (microcosmos) con el universo (macrocosmos), de cuyas leyes el hombre no puede sustraerse. Y una de estas leyes es la que los espagiristas consagraban con el apotegma de solve et coagula, disolución y coagulación, muerte y vida, que conforman la polaridad inicial de la manifestación de ese Spiritus Mundi.
Del mismo modo que el cosmos, el hombre está formado por cuatro elementos (aire, agua, fuego y tierra); o bien se puede decir por cuatro humores (bilioso, sanguíneo, linfático y nervioso). Es idéntico al universo no solamente en su constitución y en sus modalidades, sino también en su evolución y en su devenir. La enfermedad es para los espagíricos una pérdida del rumbo en el curso de esta evolución, y la curación, un retorno al verdadero camino después de haber rectificado la dirección equivocada en la que se había dejado llevar.
Los espagiristas hacían suya la idea de que la Naturaleza había puesto los remedios al lado de la enfermedad, y también pensaban que entre el hombre y el universo las relaciones eran tales, que a cada planta o a cada sustancia, le correspondía un órgano o un enfermo determinado. Una consecuencia de esto es que se oponían a toda terapéutica en la que su indicación derivara del nombre de la enfermedad, en virtud de que cada caso –según ellos–constituía una particularidad inédita; por lo tanto, en la espagiria el nombre de la enfermedad, era reemplazado por el nombre del remedio que servía para curarla, postura que reaparece en la Homeopatía y en la Terapia Floral siglos después.