Gnosticismo y Espiritualidad Bachiana
Autor: Lili Bosnic,Rosana Zinni, Gabriela Zamarripa
email: lilibosnic@laredfloral.com
Con mis compañeras de equipo nos conocemos desde hace algunos años y en el conocernos, descubrimos que estudiando las flores a todas nos impactó la filosofía que impera en los escritos de Edward Bach.
¡Qué genio este hombre! Leer por ejemplo: “…la enfermedad es, en esencia, el resultado de un conflicto entre el Alma y la Mente y jamás podrá ser erradicada, excepto por medio de un esfuerzo mental y espiritual”. (Cúrense a ustedes mismos) nos dejó pensando….este Dr. no habla de técnicas mecanicistas, sus palabras llegan a nuestro ser mas profundo y siembra una semillita.
Seguimos avanzando en nuestros caminos y resulta que en los últimos años tres maestros florales, conocidos como “los ritiles”, han convergido en un grupo llamado Synthesis y se abocaron a la tarea de rescatar cartas, manuscritos y darle una vuelta de espiral a las enseñanzas de Edward Bach y claro, ahí caímos nosotras y así fue como en nuestra ignorancia “se hizo la luz”.
¡Sí, fue un genio Bach! y su genialidad radica en que supo bajar a términos cotidianos, simples, conceptos muy elitistas que eran propios de personajes de la alta sociedad, de círculos cerrados.
En ésta plática demostraremos que existe una conexión absolutamente fundada para pensar que el pensamiento de Bach forma parte de un linaje que se remonta a todo el proceso del Gnosticismo y la alquimia, porque la alquimia fue, en el Medioevo, el espacio a través del cual los conocimientos Gnósticos permanecieron.
¿Qué es Gnosis?
Etimológicamente, Gnosis es una palabra de origen Griego que significa «Conocimiento», sabiduría de todo cuanto existe dentro del cosmos infinito. La Gnosis entraña un proceso intuitivo de conocerse a uno mismo y develar los grandes enigmas de la humanidad y conocer sobre todo el destino humano para el cual fuimos creados.
Los antiguos nos dejaron la sabiduría en signos, es decir, en claves, símbolos; quien poseía la clave o sea la Gnosis, alcanzaba el conocimiento oculto de esa doctrina secreta trasmitida en jeroglíficos, ritos, monumentos, mitos y leyendas.
Dondequiera que exista un anhelo espiritual, una inquietud espiritual; allí donde alguien se pregunte ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿por qué existo?, ¿para qué vivo?, etc., ahí esta la Gnosis.
Por eso grandes maestros de la humanidad nos dicen que la Gnosis es el origen de toda sabiduría… es Ciencia y Síntesis (como los ritiles).
¿Qué es el Gnosticismo?
El Gnosticismo es una corriente filosófica, una escuela de pensamiento milenaria. Se trata de una actitud mental particular y de una praxis consiguiente de vida que con razón puede ser considerada la vía, el camino para la reintegración humana, además de ser un proceso religioso muy íntimo, natural y profundo.
Solo a través del Gnosticismo podemos llegar a entender «Quienes éramos y en que nos hemos convertido; donde estábamos… hacia donde vamos; que es el nacimiento y que es el renacimiento”, sin embargo, conocerse a uno mismo, en el nivel más profundo, es al mismo tiempo conocer a Dios; este… es el secreto mas profundo de la Gnosis.
El gnosticismo es un conjunto de corrientes sincréticas (un sincretismo es un intento de conciliar doctrinas distintas) filosófico-religiosas que llegaron a mimetizarse con el cristianismo en los tres primeros siglos de nuestra era.
Se trata de una doctrina, según la cual los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo sino que se salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo divino, que es un conocimiento superior a la fe. Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse.
El ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo.
El gnosticismo es una mística secreta de la salvación. Se mezclan sincréticamente creencias orientalistas e ideas de la filosofía griega, principalmente platónica. Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la materia, el ser supremo frente al Demiurgo, el alma frente al cuerpo.
Hay varios puntos en común entre el Gnosticismo y la filosofía de Bach pero solo tomaremos los más importantes.
En “Cúrense a Ustedes mismos” Bach dice que para comprender la naturaleza de la enfermedad deben admitirse previamente ciertas verdades fundamentales:
1. La estructura del Hombre
2. La sabiduría interior
3. El aprendizaje a través de la experiencia
4. La unidad y el amor como resultado de esta experiencia
1. La estructura del Hombre
“El hombre tiene un Alma que constituye su verdadero YO: un hálito Divino, un ser poderoso, y que el cuerpo, aunque constituye el templo de esa Alma, no es más que un pálido reflejo de ella. Él, nuestro YO Superior, siendo una chispa del Todopoderoso, es por lo tanto invencible e inmortal”.(Cúrense a ustedes mismos, cap.II)
Respecto a este punto, el Gnosticismo postula:
El ser humano sólo puede acceder a la salvación a través de la pequeña chispa de divinidad que es el alma o espíritu. Sólo a través de la conciencia de la propia alma, de su carácter divino y de su acceso introspectivo a las verdades trascendentes sobre su propia naturaleza puede el alma liberarse y salvarse.
2. Sabiduría
2a. Sabiduría superior
Cada uno de nosotros, al tener un Alma, que es nuestra Divinidad Interior, nuestra Chispa Divina, poseemos también de forma latente un Conocimiento Superior. Este es el saber que emerge de la Fuente Creadora de todo el Universo y es el que nos brinda la certeza de que somos parte del Amor Creador, de que nosotros mismos somos una Divinidad.
Este tipo de Sabiduría no es intelectual, es un tipo de certeza de otra índole. Es la Verdad del Corazón tranquilo, según los gnósticos, y la certeza que nos incita a ser “confiados como un niño pequeño” según las palabras del Dr. Bach.
Este conocimiento nos permite entregarnos con tranquilidad a la vida porque sabemos que todas las experiencias que nos tocan vivir son sólo hechos que nos ayudan a aprender, que al ser hijos del Creador somos indestructibles y, gracias a este carácter divino, tenemos “todas las batallas ganadas”.
La Sabiduría superior es única, no es múltiple como el conocimiento intelectual, y es la que nos mantiene unidos al Todo. Como si el Absoluto fuera un sol central (en una imagen que usa Edward Bach), cada uno de nosotros fuera una Chispa Divina esparcida por la tierra, y esta sabiduría fuera el hilo que nos mantiene unidos con el centro.
Esta certeza es como un susurro, como una reminiscencia que nos impulsa a hacernos las preguntas existenciales de la vida: ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿por qué estamos aquí? Y es esta misma certeza la que nos guía a través de la encarnadura y la que nos ayuda a encontrar las respuestas sobre el sentido de nuestras vidas.
2b. Sabiduría interior
Decíamos que esta sabiduría no es intelectual y agregamos que tampoco es dogmática. No se encuentra en el canon de las religiones ni de la ciencia y por ende no puede ser contada, ni impuesta, ni revelada desde el exterior; solo puede ser vivida.
Por su carácter de interior, esta Verdad no requiere de la fe ni de las creencias para sustentarse, simplemente necesita ser encontrada en el interior de cada uno de nosotros al escuchar la voz del Alma, al conocernos y aceptarnos.
Este encuentro con la Verdad interior es posible gracias a dos acciones relacionadas entre sí: la auto observación consciente y la disposición a vivir un tipo especial de experiencias: las vivencias que cuando la vida nos las propone, algo muy profundo en nosotros nos dice que no podemos dejar de vivirlas.
En dicho sentido, el Dr. Bach retoma desde su filosofía y desde su terapéutica este principio de individualidad y de Sabiduría Interior.
En cuanto a su filosofía, a través de los escritos Ustedes provocan su propio sufrimiento, Cúrense a ustedes mismos y Libérense a ustedes mismos, él sostiene que el hombre, cada uno de nosotros, es el gestor de su propia sanación. Que podemos tener la ayuda, la asistencia, la guía de un hermano mayor, pero que el proceso de sanación se dará en el interior de cada uno por las acciones que cada uno tome en su vida. Acciones que están relacionadas con no resistirnos a vivir las experiencias, con escuchar la voz de nuestra Alma y con no interferir en la vida de otros ni permitir que otros interfieran en la nuestra, en síntesis, siendo fieles a nosotros mismos.
Y respecto a su terapéutica, Bach nos deja un legado de libertad y autodeterminación que son los remedios florales. Remedios que nos guían en la búsqueda de la Verdad interior y armonizan la relación entre la personalidad y el Alma para que ambas trabajen juntas en la tarea de evolución, permitiéndonos así que desarrollemos las virtudes que están latentes detrás de nuestros defectos.
3. El aprendizaje a través de la experiencia
La experiencia según Edward Bach
Condiciones:
1. Obedecer los dictados del Alma
2. Libertad interior
3. Estar presente en el presente
“Lo importante es obedecer las órdenes de nuestra Alma, nuestro Yo Superior, las cuales conocemos por la consciencia, el instinto y la intuición. Nuestros verdaderos instintos, deseos, simpatías, antipatías están destinados a ser obedecidos implícitamente porque solo el alma sabe cuáles son las experiencias necesarias para cada personalidad en particular”. (Libérense a ustedes mismos Cap. IV)
“La inestabilidad puede ser erradicada desarrollando la autodeterminación, tomando decisiones y encarando las cosas con firmeza en vez de vacilar y dudar…. La autodeterminación crecerá pronto; el temor a zambullirse en la vida desaparecerá, y las experiencias recogidas ayudaran a nuestra mente a discernir mejor.
No tengamos temor de zambullirnos en la vida; estamos aquí para adquirir experiencia y conocimientos, y aprenderemos muy poco si nos enfrentamos a la realidad y extremamos nuestras posibilidades. A cada paso pueden obtenerse nuevas experiencias, y las verdades de la naturaleza y de la humanidad pueden revelarse con tanta efectividad- o quizás más- en una pequeña choza en el campo, como en medio del ruido y el ajetreo de una gran ciudad.
…somos personalidades que estamos aquí con el objetivo de adquirir todo el conocimiento y la experiencia que podamos obtener en esta existencia terrenal, para desarrollar las virtudes de las que carecemos y eliminar todo lo que de erróneo se encuentre en nuestro interior, avanzando así hacia la perfección de nuestras naturalezas.
La individualidad debe ser desarrollada al máximo, y debemos aprender a andar por la vida sin confiar en nada más que en nuestra propia Alma como dirección y ayuda, tomar con ambas manos nuestra libertad y zambullirnos en el mundo para obtener cada partícula de conocimiento y de experiencia que nos sea posible.
Obtener nuestra libertad, lograr nuestra individualidad e independencia, en muchos casos requerirá mucho coraje y fe”. (Cúrate a ti mismo Cap. V)
La experiencia según el Gnosticismo
La Gnosis está más allá de cualquier esquema prestado en cuanto es un conocimiento a vivir, una experiencia de vida.
Los gnósticos eran caracterizados porque le dan especial importancia a la intuición, revelaciones y los sueños ya que ven todo esto como una conexión con la Divinidad, siempre buscando, siempre abiertos a nuevas ideas y experiencias que no se da por satisfecha y que quiere descubrir nuevas cosas.
El “Gnosticismo» abraza todo el conjunto de búsquedas transcendentales, caracterizadas por una libertad ilimitada de investigación y un deseo intenso de conocerse a sí mismo y al universo.
El gnosticismo es una experiencia viva y no un sistema cristalizado.
La libertad según Edward Bach
“El alma sabe que la saciedad es la única cura verdadera para todo lo que nosotros consideramos en este mundo como pecado y error, puesto hasta que todo nuestro ser no se rebele contra cierto acto, esas faltas no serán erradicadas sino simplemente mantenidas latentes, de la misma forma en que no se puede evitar seguir metiendo el dedo al frasco de mermelada hasta que uno se enferma tanto que la mermelada deja de tener atención.
La libertad absoluta es nuestro derecho de nacimiento, y sólo la podemos alcanzar cuando concedemos la libertad a cada Alma viviente que pueda entrar en nuestras vidas.
Si dejamos en libertad a todos y a todo lo que nos rodea, encontramos que a cambio somos más ricos en amor y posesiones de lo que nunca hemos sido antes, porque el amor que da libertad es el gran amor que más estrechamente une”. (Escrito el 13 de Diciembre 1933 en Cromer, Norfolk)
La libertad según el Gnosticismo
El “Gnóstico” afronta con plena libertad de consciencia y de pensamiento su sed de conocimiento y aspiración a superar el Misterio de uno mismo, la Naturaleza y Dios.
Aristóteles decía: “Aquí no se viene a aprender algo, aquí se viene a experimentar algo”.
Los gnósticos conocen aquello por medio de lo cual se conoce todo lo demás: el conocedor, el experimentador, el yo superior, el Yo divino, el daemon.
Los antiguos gnósticos eran capaces de deshacerse de las ataduras que les mantenían atrapados para encontrar la gnosis, la sabiduría del corazón una revelación capaz de transformar al hombre y hacerle entrar en contacto con el verdadero mundo espiritual.
Somos la Divinidad que adquiere conciencia de sí misma que se hace consciente.
Esfera de luz sin nada que la refleje (oscuridad cegadora).
Es oscuridad por tanto es luz. Las posibilidades son infinitas solo hay luz solo hay conciencia sin nada de lo que ser consciente. Cuando está infinitud crea algo con lo que ser consciente, o algo sobre lo que reflejarse tal y como lo hace la luz, nace todo el universo; ésta conciencia única que es Dios que se expresa a si misma a través de todos los seres conscientes y por tanto todos somos imágenes « Eidolon » de la conciencia única que es el Universo que lo es Todo que es Dios.
Erradicar la ignorancia para ser libres
Mencionábamos la tarea armonizadora que las esencias florales realizan en la relación que existe entre el Alma y la personalidad, y a continuación detallaremos algunas de las características que tienen estas dos facetas del hombre.
El Alma es perfecta en potencia pero no de hecho; para desarrollar esta perfección, para completarse, debe encarnar, debe realizar su tarea en la tierra.
Al encarnar, al Alma se le impone una condición de olvido momentáneo de su carácter divino, de su Sabiduría interior. Este olvido tiene un sentido y es el de empujar al Alma a reencontrarse con su sabiduría a través de la manifestación terrenal.
El Alma para encarnar necesita de la personalidad, que es su soporte material en el mundo. Pero la personalidad muchas veces se niega, por ignorancia, a realizar este proceso de autoconocimiento, se niega a reencontrarse con la Verdad Superior que es inherente a la esfera espiritual.
Cuando hablamos de ignorancia no nos referimos a la carencia de un conocimiento intelectual, sino al hecho de no querer ver la Verdad cuando ésta se presenta ante nuestra vida, a no querer aprender y no estar dispuesto a realizar las experiencias que la vida nos propone.
La personalidad sufre esta ignorancia por las características propias de su esencia, por su condición de temporal, su apego a lo material y el condicionamiento de sus propios prejuicios y de las opiniones de los otros. Características que se manifiestan como rigidez, inflexibilidad y miedo al cambio.
La ignorancia nos retrasa en el proceso de evolución individual y por consiguiente limita también nuestra colaboración en el proceso de evolución de toda la Humanidad.
Entender este condicionamiento y buscar las formas de transmutarlo es el camino que nos lleva a la realización como personas, como Humanidad y el que nos devuelve nuestra verdadera naturaleza: el ser uno en el Amor.
4. El Amor de acuerdo a Edward Bach
“El siguiente principio fundamental es la comprensión y asimilación de la Unidad de Todas las Cosas. Asumir que el creador de todo es el Amor y que todo lo que registra nuestra conciencia en su infinito número de formas, son manifestaciones de ese Amor ya sea en un planeta, un guijarro, una estrella o una gota de rocío…” (Cúrate a ti mismo)
“En la medida en que el Amor Universal se desarrolla y crece en nosotros, podemos advertir cada vez en mayor medida que todo ser humano, por humilde que sea, es un hijo del Creador y que un día, a su debido tiempo, avanzará hacia la perfección tal como todos esperamos hacerlo…”
“Si la crueldad o el odio, obstaculizan nuestro camino, recordemos que el Amor es la base de la Creación; que en cada Alma existe algo bueno y que aún en el mejor de nosotros también existe algo malo.
La conquista final de todo sólo podrá lograrse a través del amor y la bondad, y cuando hayamos desarrollado plenamente estas dos cualidades, nada podrá herirnos, pues siempre tendremos compasión, y no ofreceremos resistencia, ya que reiteramos, por la misma ley de causa y efecto, es la resistencia la que nos daña.
Debemos aprender el amor por los demás comenzando quizás por un solo individuo o incluso un animal, y luego dejar que el amor crezca y se extienda más y más, hasta que todos los defectos que se le opongan desaparezcan automáticamente. El amor engendra amor; el odio engendra odio.
La verdad debe ser conocida y el hombre debe fusionarse con el infinito esquema de Amor de su Creador”.
“Lo que llamamos “amor” es una combinación de codicia y odio, es decir, anhelo de poseer mas y temor a perderlo. Por lo tanto lo que llamamos “amor” debe ser ignorancia.”
“El verdadero amor debe estar infinitamente por encima de nuestra comprensión cotidiana; debe ser algo tremendo: el total olvido del yo; la pérdida de la individualidad en función de la Unidad; la absorción de la personalidad en el Todo.”
“Esto nos hace pensar que el amor es la negación total del yo. El amor, en cierta forma, parece ser servicio combinado con sabiduría”.
El Amor según el Gnosticismo
“El amor no se apropia de nada, pues ¿cómo va a apropiarse de algo si todo le pertenece? No dice “esto es mío” o “aquello me pertenece a mi” sino que dice “esto es tuyo”.
La fe recibe, el amor da. Nadie puede recibir sin la fe; nadie puede dar sin amor. Por eso creemos nosotros, para poder recibir; pero para poder dar de verdad hemos de amar”. (Evangelio de Felipe, 45)
El objetivo del crecimiento espiritual se expresa a través de imágenes de completud que forman un todo que los gnósticos denominaban Pleroma (plenitud). La plenitud del ser se restablece a través del conflicto entre los opuestos y su reconciliación final.
La totalidad o ser es el resultado final del proceso del desarrollo espiritual caracterizada por todas las cualidades. El objetivo del desarrollo del alma es alcanzar un estado de totalidad integrada y no una condición de perfección moral.
Es el Camino hacia la totalidad, lo que es infinito y eterno no tiene cualidades porque posee todas las cualidades. En la plenitud (amor) se deja de pensar y de existir porque lo eterno carece de cualidades, existe nada y existe todo.
El gran maestro gnóstico Valentín escribe: «Cuando el yo humano y el “Yo” divino se interrelacionan pueden alcanzar la perfección y la eternidad».
Quienes dejaban por completo de identificarse con algún nivel de su identidad independiente y reconocían su verdadera identidad como el daemon universal experimentaban la gnosis.
Esta iluminación mística transformaba al iniciado en un verdadero «gnóstico» o «conocedor».
Consideraciones finales
Edward Bach
“¿Alguna vez se te ha ocurrido que Dios te dio una individualidad?
Quizás no, pero El realmente lo hizo: te proporcionó una personalidad exclusivamente tuya; un tesoro para ser conservado únicamente para ti mismo.
Te dio una vida que, tú y solo tú, puedes y debes conducir.
Te dio trabajo que hacer, que tú y sólo tú puedes y debes hacer.
Te ubicó en este mundo como un ser Divino, como un hijo de Él mismo, para aprender a ser perfecto, para obtener todo el conocimiento posible, para crecer en bondad y en amabilidad, y para ayudar a los demás”.
Gnosticismo
Cada ser humano es su propio legislador absoluto, así como su propia recompensa o su propio castigo.