Instrucciones para procesar las penas
“No existe un momento del día
en que pueda apartarme de ti,
El mundo parece distinto,
cuando no estás junto a mí.”
(César Portillo de la Luz)
Seleccione una gran cantidad de penas, de considerable antigüedad, tamaño y peso.
Obsérvelas bien a fin de asegurarse que aún estén intactas, inalterables pese al tiempo transcurrido. Las mejores son aquellas que si una las toca el corazón se estruja.
Colóquelas sobre la mesada de la cocina en forma de semicírculo
Concéntrese y comience a llorar. Llore y llore sin parar durante el tiempo que sea necesario hasta juntar, en un recipiente, un litro y medio de lágrimas. Lógicamente, como buen floral, agregue brandy como conservante.
Ponga las penas en remojo hasta que ablanden bien. No se apresure ya que se necesita tiempo para ablandar bien las penas. Mientras tanto, prepare su “procesadora” interior
Verifique las funciones básicas de Bleeding Heart, Chicory y Digital, los comandos de cambio y el botón de encendido y apagado. Recuerde que todo lo maneja usted.
Una vez introducidas las penas y las lágrimas en la procesadora interior, enciéndala y seleccione cualquiera de las funciones mencionadas. Prosiga hasta que el contenido del recipiente halla desaparecido. Usted decide cuánto detener el funcionamiento de su procesadora.
Cumplido el tiempo, accione el botón de apagado, acérquese a una ventana, permita que el sol le acaricie la cara y que su calidez le capture el alma, agradezca el hecho de estar vivo y no deje que las penas nublen su cielo interior.
Cuando un día la pena retorne, porque siempre retorna, vívala con intensidad y sin miedo, porque también, hay un tiempo para el dolor
Pero no olvide que “Si lloras demasiado la muerte del sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas”.