“Las esencias florales para sanar el dolor de cuerpo y alma”- 1era parte
«A comienzos de la primavera de 1931, Edward Bach decidió dejar de atender pacientes durante un tiempo para dedicarse a la búsqueda de los remedios que faltaban para completar su serie de doce «.
Así, con estas palabras de Nora Weeks, podríamos empezar nuestro relato. Observen que Nora escribe: «…la búsqueda de los remedios que faltaban para completar su serie de doce». Esto nos indica claramente que la búsqueda de los remedios siempre obedecía a un plan diseñado con anterioridad a su hallazgo. Bach sabía que eran doce, pero antes tuvo que sufrir el primer tropiezo: “desearía, si fuera posible, presentarles siete hierbas en lugar de siete grupos de bacterias” había escrito en El Redescubrimiento de La Psora (1 de noviembre de 1928). Pero no fue así, su interés y sus conclusiones respecto al siete, mantenidas en Cúrate a Ti Mismo con las Siete Enfermedades Primarias, y en Algunas Consideraciones Fundamentales sobre la Enfermedad y la Curación con los Siete Principios Fundamentales, aparentemente no habían dado sus frutos. Tuvo que cambiar la estrategia, la concepción inicial de su trabajo. Esto se llevo a término con el doce.
Vamos a seguir de la mano de Nora: «Mientras recorría la campiña cercana a Westerham, en Kent, regresó a un campo donde el año anterior había encontrado la Gentian otoñal. El suelo estaba cubierto de las flores doradas de la Rock Rose silvestre, y enseguida supo que era el remedio para el terror, ya que le había guiado el mismo conocimiento interior que inspira al músico para escribir sus melodías y al poeta sus versos».
Bach ya ha completado su serie de «Doce Remedios». Por lo que hemos leído de Nora sabemos que cada una de sus series está completa antes de encontrar todos y cada uno de los remedios que va buscando. Sabe cuántos son y para qué, aunque no tenga clara qué Flor será la adecuada para ello.
Esto es posible porque Bach va estructurando su trabajo a partir de toda una serie de conocimientos que, aunque no los exponga de una manera clara en sus escritos, a medida que van apareciendo más documentos se van dibujando cuales son sus materias de reflexión y en qué se basa para dar forma a su trabajo.
En una conferencia titulada La Medicina del Futuro, que pronunció el 18 de octubre de 1929, en la Sociedad de Debates de Homeopatía de Southport, dijo: «Por varias causas estos conocimientos se perdieron y de vez en cuando grandes médicos, en los períodos oscuros, han intentado reeducar al mundo en el arte perdido de la medicina. Cuatro nombres asociados con esta reeducación son Hipócrates, Paracelso, Culpeper y Hahnemann. De todos ellos, el trabajo de Hahnemann es el que tiene más posibilidades de resurgimiento. Él reveló a Occidente muchos de los secretos antiguos.»
Por ello, el trabajo de Edward Bach es la externalización de un saber ancestral, es la materialización de saberes que los Sabios de la Humanidad conocieron siempre y que nos fueron legados de muy distintas maneras. A veces velados porque solamente algunos podían tener acceso a ellos. Pero no eran, o son, saberes que se ocultaran para que nadie los supiera, sino que solamente aquellos que estaban en condición de apreenderlos se daban cuenta de ellos. Solamente aquellos que estaban en condición de verlos, los podían ver, y Bach nos dice dónde los busca:
«Quién esto escribe… sabiendo que en algún lugar yacía escondida la curación para todas las enfermedades, se volvió hacia la Naturaleza y estudió sus caminos. Juntamente con esto, investigando en las verdades ocultas de las religiones antiguas y actuales, y también en los misterios más profundos de la gran Orden Masónica, poco a poco fue guiado a descubrir la causa que había detrás de la enfermedad, la causa real de nuestras enfermedades y padecimientos;… «.
Decíamos que Bach ya había completado su primera serie de remedios, y es de suponer que Bach se encuentra inicialmente satisfecho con su trabajo. Hace imprimir dos folletos donde describe algunos de sus principios y las indicaciones de Los Doce Curadores. Uno de estos folletos es el que se conoce como Los Doce Curadores, impreso en Epsom, 1933. En él nos dice:
«Fundamentalmente hay doce tipos primarios de personalidad, existiendo el positivo y el negativo de cada uno.
Estos tipos de personalidad están indicados por el signo del Zodiaco en el que se encuentra la luna en el momento del nacimiento,…
No podía ser de otra manera, doce tenían que ser los Curadores porque doce eran las posibles posiciones lunares en la rueda zodiacal que indicaban las doce personalidades; doce los atributos de Cristo (según escribió Bach); doce fueron las tribus de Israel; doce fueron los profetas del Antiguo Testamento ; doce los Apóstoles ; doce las Legiones de ángeles de Jesús ; doce las estrellas que coronan a la Mujer en el Apocalipsis ; doce las puertas de la Jerusalén celestial ; doce los elegidos del Antiguo Testamento y doce los elegidos del Nuevo Testamento; doce las fuentes que había en Elim , pero muy especialmente doce son también los frutos del Árbol de la Vida cuyas hojas sirven de medicina para todos los pueblos. Doce es el número estructurador del universo.
De todas maneras es reacio a abandonar la idea del siete, y a continuación escribe:
«Hay siete pasos para la curación en el siguiente orden:
PAZ – ESPERANZA – ALEGRÍA – FE – CERTIDUMBRE – SABIDURÍA – AMOR»
Ya hemos comentado las razones por las que Bach podía saber que eran doce los remedios que darían forma a su serie. El propio Bach nos ha contado alguna, y Nora Weeks, en un Boletín de marzo de 1970 nos cuenta también una de ellas:
«…siempre dijo (Bach) que había doce tipos básicos de naturalezas humanas y que los Doce Discípulos fueron elegidos por este motivo. Cada Discípulo tendría una mayor comprensión de aquellos que sufrían las mismas dificultades que él, sabría como ayudarles y cómo explicarles la manera de superar esas dificultades».
Prosigamos con Nora: «Después de haber identificado los remedios correspondientes a los doce grupos o tipos de individuos y comprobado su eficacia, Bach se dedicó a la búsqueda de la siguiente serie de remedios. Para hacerlo, decidió que debía abandonar Cromer,…
Continuará…