Los Tipos de Respuesta al Tratamiento Floral-Parte I-
Tomado del libro Tratado Completo de Terapia Floral de Susana Veilati
Prolongada evolución y, con el tiempo, estancamiento
Revisar el caso es la clave. Normalmente se debe a que, ante los buenos resultados, el terapeuta puede haber aflojado la atención, la percepción de la esencia más apropiada. Otra posibilidad es que el paciente haya descuidado sus tomas. A la nueva fórmula podremos agregar GENCIANA para el fracaso posterior al intento, y/o retomar por un tiempo con solo sus esencias caracteriales, las que mejor lo definen, no más de una o dos. Esto último siempre me da mucho resultado.
¿Crisis de agravamiento?
Se trata de que el paciente toma las esencias y cae en un estado aparentemente peor de aquel con el que vino, puede ser tanto una conversión somática como una psíquica. Lo más cerca que estuve de ello es con un paciente deprimido que tomó Agrimonia. Tuvo una crisis de angustia igual a las que estaba acostumbrado, pero que se habían dejado de presentar desde un tiempo atrás. Esa crisis fue de gran utilidad porque pudo observar su talento para martirizarse. Suspendí la ingesta de Agrimonia y tomó por quince días Castaño Dulce y Cerasifera. He tenido también algunas experiencias que pueden considerarse críticas con Orquídeas. En general, procuro que no se presenten este tipo de reacciones, especialmente en pacientes que no veo semanalmente. No doy Agrimonia a una persona con una crisis de angustia o ansiedad. No doy Rubdeckia a quien no quiere enterarse de lo que sucede porque cree que se pondrá peor. Y menos aún las Orquídeas al que no esté dispuesto a sumergirse en un trabajo interior comprometido.
En el caso de pacientes que ya vienen en estado crítico.
Depresión, duelo por muerte, abandono de un ser querido. Suelo dar dos frascos. Uno conteniendo su fórmula personal, no más de dos esencias (no olvidar que mientras menos esencias demos más contundente es el efecto), y otro con Remedio de Rescate y Castaño Dulce. Se toman cuatro veces al día cada uno, con un intervalo de cinco minutos entre frasco y frasco. Y en los momentos en que el paciente siente la proximidad de una crisis le pido que tome del frasco de urgencia, todas las veces que considere necesario, con una distancia de toma de hasta un minuto, manteniendo un ritmo en la ingesta.