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Luna en LIBRA

Luna en LIBRA
Autor: Dr. Franco Rossomando
E-mail: francorossomando@gmail.com

 

Nivel de la emocionalidad básica.

Cuando la Luna Natal se encuentra en Libra, la emocionalidad básica se sustenta en y a través del establecimiento de un vínculo con el Otro. Dicho vínculo, para ser tal debe estar condicionado por determinados atributos.
En primer lugar, llamamos vínculo a un nexo comunicacional y afectivo que se establece con otra persona, la cual debe ser reconocida como alguien diferente del propio Yo. Esto es lo que el psicoanálisis llama relación “objetal”, propiamente dicha, a diferencia de, por ejemplo una relación narcisista, como – bajo ciertas circunstancias – se establece en los signos anteriores. En esta relación narcisista, el Otro no es reconocido, parcial o totalmente como alguien diferente, sino como una proyección del propio Yo.
Es preciso recordar que Libra, como signo ubicado a 180 grados de Aries, establece la primera oposición del Zodíaco, y por lo tanto, la primera posibilidad de reconocer al Otro frente a frente, cara a cara. Por lo tanto, la Luna en Libra, como decíamos, nutre su emocionalidad en el vínculo con el Otro, quien resulta alguien con quien realizar un pacto de no agresión. Si bien en Aries, el Otro existe, éste es en realidad un soporte de las propias pulsiones agresivas, y por lo tanto, resulta peligroso y el vínculo, bajo estas circunstancias se torna necesariamente agresivo. Aquí, en Libra, esa agresión debe desaparecer a fin de establecer pautas de convivencia pacífica y armoniosa, pero a expensas de un renunciamiento de la agresión.
De esta manera, esta Luna busca establecer un vínculo desarrollando estrategias de pacificación. La capacidad de adaptación a portada por el elemento Aire, sumado a la regencia de Venus confiere aptitudes emocionales que buscan agradar al Otro, de modo que éste abandone sus supuestas intenciones agresivas. Esto supone cierta cuota de pasividad, que sin llegar a ser un sometimiento, sirve, a su vez para evitar el enfrentamiento con la propia ira y aún con el propio dolor, muy propio de las conductas venusinas.
Las imágenes paternas han proporcionado elementos de identificación que muestran la evitación de las expresiones emocionales espontáneas, donde las formas y aún las apariencias son más importantes que el propio contenido., no siendo capaces de contener las discordancias y las diferencias.
El lugar ocupado en su familia, como hijo, probablemente haya sido el de quien debe llenar el vacío afectivo de los padres.
Las diferencias entre ambos, precisamente por no mostrarse se tornan tanto más notorias, lo que instala una incapacidad por tomar partido. Esto se traslada luego a una incapacidad para decidir en situaciones más trascendentes de la vida.
De todo esto surge el temor al abandono y a la soledad, de modo que para evitar esto, la vida no puede concebirse sin alguien al lado. Se establece de esta manera una tendencia a depender mucho de los demás.
La memoria funciona a partir de ligar recuerdos parciales, en los que se recorta todo lo que haya sido displacentero. En otras oportunidades se recurre a recuerdos encubridores, que ocultan las zonas de conflicto.
Existe un modo de canalizar estas tendencias a través de todo lo estético. Precisamente, esta Luna descubre el valor de lo armonioso y agradable a los sentidos como una forma de apaciguar las tendencias agresivas, tanto internas como externas y al mismo tiempo convertirse en un ser deseable, con quien poder establecer un vínculo.

Nivel de los deseos y aspiraciones.
Cuando la Luna Natal se encuentra en Libra, la Luna Astral se ubica en Piscis. Si actúa positivamente, es capaz de activar las energías del Arquetipo Luminoso de Piscis: El Salvador. Se trata de un arquetipo sumamente poderoso, que atrae hacia sí las fuerzas altruistas que buscan realizar la misión en la vida despojadas de cualquier tendencia egoísta en procura de dar al otro aquello que realmente necesita.

También, este arquetipo se refiere a la salvación del niño interior, y protegerlo contra las sucesivas modificaciones que va sufriendo a lo largo de la vida. A fin de cuentas, lo que ha de salvarse es el sentimiento de que es posible la re-unión, y la re-ligión con el Todo, por medio del sacrificio y de la renuncia de las diferentes vanidades con las que el Yo se inviste.

Nivel de la Sombra.
Cuando la Luna Natal se encuentra en Libra, y actúa negativamente, es capaz de activar las energía negativas del arquetipo pisciano: El Mártir .En su aspecto sombrío, este arquetipo busca agredir, por medio de agredirse a sí mismo, por lo cual la agresión al otro consiste en generarle un fuerte sentimiento de culpa y depresión tanto más fuerte cuanto más intenso sea el auto-sacrificio.
Los múltiples juegos sadomasoquistas que pueden generarse bajo esta configuración, dan cuenta de la existencia de una especie de placer en el dolor., y pueden adoptar diversas modalidades, como por ejemplo, la enfermedad, la permanente queja, la violencia inconscientemente inducida y padecida, el colocarse en el papel de víctima, o serlo realmente, etc. Con la Luna en Libra, se corre el riesgo de realizar elecciones afectivas que posean tales características.

Mecanismos de defensa.
Seducción: histérica o compulsión a la aceptación social son los mecanismos más frecuentes de esta posición. Se trata de una tendencia a proponerse como objeto de deseo del Otro. Cuando esta actitud se torna compulsiva, encontramos rasgos de histerismo. Pero en otros casos, la seducción sirve para evitar tomar la iniciativa, asumiendo un rol pasivo, y dejando que el otro asuma la responsabilidad de actuar. De este modo, se evita el tener que ponerse en evidencia. Este mecanismo permite defenderse del temor a elegir, decidir y jugarse.

Nivel de somatización.
La función de filtración renal se ve frecuentemente alterada por los factores emocionales, en especial los miedos y las indecisiones, con la consiguiente dificultad para mantener un adecuado equilibrio hidrosalino. De esta manera la tendencia a desarrollar edemas es frecuente, y la modificación del PH interno deriva en una predisposición a la acidificación del medio interno. Esto favorece el desarrollo de ciertos microorganismos que suelen afectar a las vías urinarias en su último trayecto. También se ven favorecidos los depósitos de uratos y oxalatos, así como de calcio, con el consiguiente riesgo de formación de cálculos y cristalización a nivel de las articulaciones.
La presión arterial suele sufrir variaciones tanto en el sentido del aumento como de la disminución de la misma.