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Masculinidad y arquetipo Hades.

Masculinidad y arquetipo Hades.

Autor: Rodrigo Negrete, Comunicador Social y Terapeuta Floral

e-mail: rnegretes@gmail.com

La oportunidad de introducirse en el conocimiento de los Remedios Florales para trabajar arquetipos psicógicos de carácter masculinos, me ha permitido profundizar en la natural y genuina motivación y preocupación por conocerme a mí mismo, a través del proceso terapéutico despertando estas energías latentes y que por ignorancia propia, estas se manifiestan desde la sombra. Confrontándome muchas veces ante una realidad conflictiva y caótica, que me ha impedido adquirir los aprendizajes que mi alma necesita integrar para trascender.

¿Por qué soy hombre?, no es fácil responder esta pregunta. La sociedad moderna ha traído consigo una serie de cambios a escala global, pero sin lugar a dudas también a escala personal. Los movimientos de emancipación de las mujeres, la globalización cultural y económica, el acceso inmediato a la información, la renovada socialización de los niños al nacer, pero muy especialmente y motivo de mi preocupación en este artículo, es el cambio profundo que se está viviendo, sobre todo en el rol tradicional del hombre macho, proveedor, insensible, patriarcal, jerarca, jefe.

Será posible acuñar en el futuro un concepto relacionado con la renovación de roles, dirigido a comprender al SER Hombre, como un ser cariñoso, no violento, tierno, responsable y que no hace sufrir a las mujeres niños y a otros hombres (?). Llegará el día, de un nuevo amanecer, donde nacerá un nuevo hombre con los brazos extendidos, que sepa alimentar con delicadeza, amor, aceptando la alegría y el dolor con igual serenidad.

Seguro de sí mismo y que no necesite demostrar a otros su poder y fortaleza, sin egoísmos, que goce dando pero también abriéndose al recibir. Respetándose y sabiendo respetar a los demás, inspirados por la bondad, la caridad y que no tenga miedo a ser amado y amar generosamente a su familia. Será que es posible acuñar en el futuro, en estaño y bronce un nuevo SER HOMBRE, o dicho de una manera más actualizada, distintos tipos de SER HOMBRES (?).

Si hay desafíos anteriores a esta utopía. Superar el dilema de regresar a la imagen de la Madre, el miedo a ser devorado por ella, el complejo materno entre madres e hijos hombres. La conformación del YO, las estrategias del hombre para adaptarse al medio, sus presiones y los mecanismos de defensa, son aspectos que el psicoanálisis nos ha aportado para una mayor comprensión del tema.

De acuerdo a Héctor Pizarro, autor de «Porque soy hombre», la masculinidad se caracteriza por la «jactancia, obsesión por el desempeño, rigidez sexual, tendencia a denigrar a la mujer, pseudo hipersensibilidad, poca expresividad, pretensión de saberlo todo y obligación de tomar la iniciativa». Narcisista por excelencia, sin embargo en mi opinión personal el tema de la providencia económica y la sexualidad, son los que resultan en apariencia los temas de mayor relevancia, por cuanto aparecen como esferas interrelacionadas que dejan al descubierto asuntos de empobrecimiento de la auto estima, madurez y socialización.

Es común ver, cómo los hombres se disputan el poder, cuando se juntan, se reúnen, trabajan, ya sea compiten por un escaño o status social, disputan un balón o seducir a una mujer. Estamos hartos de tanto estereotipos, especialmente de rendimientos, tamaños que finalmente originan una disfrazada homofobia y una idea distorsionada de virilidad.

Con este artículo deseo inaugurar un ciclo de análisis y reflexión, en torno al pregunta qué es SER HOMBRE, a la luz del oráculo masculino, en primer término comenzando por el arquetipo psicológico de HADES, el Dios del Inframundo.

Un libro excelente que me gustaría recomendar para iniciar el estudio acerca de la energías psíquicas, simbólicas que yacen las profundidades de la mente patriarcal del hombres, es «Los Dioses de cada hombre», de la autoría, psicoanalista Junguiana Jean Shinoda Bolen, autora que descubrí, durante el Congreso Internacional de Terapeutas Florales, el año 2012, en un stand de ventas de productos florales. Me impresionó la manera didáctica, amena, cordial de esta escritora para transmitir y explicar, los mecanismos inconscientes del hombre, en miras de la construcción de una nueva masculinidad, a continuación paso a compartir detalles de este libro de otros autores que he recopilado y que me parecen sumamente relevantes, antes de dar a conocer las características de uso de la esencia floral por arquetipos del Set La Danza de Adán, denominada Hades.

Arquetipo Hades o el hombre profundo.

Hades como arquetipo es el que nos lleva desde el mundo oculto del inconsciente y la emoción a la redención del propósito. Conectamos con Hades cuando descendemos a lo profundo de nosotros mismos para conocernos, quizá por el dolor, quizá por la reflexión, quizá por la derrota, por la muerte, por la oscuridad, para luego emerger y triunfar desde nuestras cenizas. Es el reino que muchos tocamos tras estar solos, perdidos, aislados, deprimidos, para luego levantar vuelo más sabios y más poderosos. Cuando conectamos con nuestro pasado, con nuestras emociones para adquirir sentido y rumbo conectamos con el arquetipo Hades. .

Como arquetipo el hombre Hades es predominantemente introvertido, no desea destacar y se abruma con el exceso de atención y la exhibición. Es el arquetipo de los solitarios, de los tímidos, de los callados que viven en su fértil mundo interior. La lucha del hombre Hades se da en un mundo que lo presiona a ser extrovertido, divertido, social, ruidoso. Es juzgado como “raro” por pasar tanto tiempo solo, sumergido en sí mismo, sin parecer desear a nadie. Sin embargo Hades, el solitario, es una fuente de creatividad, y son usualmente percibidos como más sabios que otros arquetipos, por lo cual se le asocia al buen consejero, al hombre inteligente. Hades está conectado con su intuición y resulta tremendamente acertado en la toma de decisiones, escucha su ser interior, y si aprende a creerle será cauto y prudente.

Para equilibrarse el hombre Hades debe desarrollar la visión objetiva de la realidad, propia del arquetipo Zeus, de lo contrario se aislará y perderá contacto con el mundo real (al estilo de lo que le sucedió con el multimillonario Howard Hugues que decidió apartarse del mundo y confinarse en una habitación de hotel). También debe integrar algunos rasgos emocionales de Poseidón, quien le ayudará a poderse comunicar emocionalmente con otros y no parecer un ser extraño a quien no lo entiende nadie. Al no integrarse Hades puede caer en el aislamiento emocional, la inexpresividad emocional e irse a su propio mundo.

Si Hades ha desarrollado aspectos extravertidos podrá conectar si se lo propone con varias personas, aunque siga reservando su mundo interior para unos pocos, los que a su criterio lo merecen. La influencia arquetípica de Hermes y Apolo le ayudarán a dar un equilibrio racional a su vida y a expresarse de forma fluida. La influencia de Hermes puede hacerlo un comunicador extraordinario, que logre transmitir sensaciones muy profundas, quizá como psicólogo, como conferencista, como escritor (en la mitología griega sólo Hermes podía entrar y salir libremente del reino de Hades).

Hades requiere desarrollar lo que Jung denominaba una “persona”, una máscara, que le permita actuar de forma accesible y hacerse visible. Sin esta máscara que Hades escoge ponerse en ciertas circunstancias pasará años en un mismo puesto laboral, será invisible a hombres y a mujeres y no logrará mostrar sus talentos.

Hades no es un arquetipo de poder ni de profunda ambición. Puede ser fácil verlo en un trabajo rutinario y luego desconectarse en su mundo interior, donde para él acontece la vida real. Es frecuente ver a muchos Hades como profesores académicos, absortos en sus libros en la teoría, quizá en una oficina de una institución, investigadores, pero reacios a salir de su aula de clase, de su despacho o de su laboratorio a la realidad. No suele desarrollar vínculos muy fuertes de camaradería con otros hombres, se abre paso en el mundo como un solitario. Pareciera tener algo que impide que se metan con él o que lo consideren uno de la manada. Aunque la verdad a Hades bien poco le importa esto y cuando le importa es porque guarda un antiguo sentimiento negativo que le reprocha ser así, o porque asoció soledad a depresión.

Al no integrarse con los demás el Hades puede vivir ensoñando o fantaseando, en seducción uno lo puede ver imaginando la mujer perfecta, idealizando, construyéndola tan detalladamente que vive permanentemente en su mente. En la vida real a Hades se le puede complicar comunicar su enorme mundo interno, o encontrar alguien que lo pueda compartir. Su fantasía puede con todo, incluso para desconectarlo. Su gramática interior es incomprensible para muchas personas, incluidas las mujeres. El trabajo en inteligencia emocional es crítico para poder conectar, aprender a dejar de escucharse para escuchar a los demás y para desarrollar espontaneidad, pues su seriedad es percibida por la mayoría como una invitación a no entrar en su vida.

Hades no es muy experto en conocer a las mujeres, quizá para ellas antes de conocerlo y darle la oportunidad sea un hombre invisible. Los rituales de citas y cortejo no van muy de la mano con su carácter, de hecho estos rituales le desesperan un poco y lo cargan de ansiedad. Son hombres de muy pocas mujeres, usualmente alguna en especial logrará conectar con él y se mantendrán en su mundo por muchísimo tiempo. No es alguien que soporte a una mujer demasiado ruidosa o extremadamente extrovertida. La sexualidad para él es una fuente de sensaciones muy profundas, y puede conectar en formas casi espirituales con la persona que sea su pareja. Al igual que Zeus y Poseidón es un hombre que busca la estabilidad de un matrimonio, generalmente su novia o esposa es la mediadora entre el Hades introvertido e inaccesible y los demás.

Hades creció como un niño que no era demasiado llamativo, siempre pasando de bajo perfil, cosa que a él le agradaba, pues estaba en paz para vivir su mundo. Frecuentemente es desaprobado por los demás, quienes recriminan su timidez e introversión, por lo cual es frecuente que el hombre Hades desarrolle un sentimiento negativo acerca de sí mismo, hasta que en algún punto pueda llegar a saber que no hay nada malo en él y se acepte. El hombre Hades pasa de llevar la ropa a la moda, de estar con las personas populares de ir a las fiestas populares y así lograr camuflarse, sin embargo en su interior preferirá la vida contemplativa y silenciosa.

La presión social puede hacer que estar solo lo lleve a deprimirse, asociará ambas situaciones y se reclamará no ser más sociable y extrovertido. Si su mundo interior en lugar de ser centro de creatividad se vuelve un refugio de amargura Hades empezará a aislarse en una prisión de sí mismo. Por el contrario si Hades reconoce en su individualidad un manantial de creatividad y sabiduría y contribuye a otros tendrá una vida exitosa, fructífera.

Su inteligencia y profundidad hace que sean muy conscientes de las cosas ya en un grado donde se produce demasiada entropía. Una vez logran cambios son seductores extremadamente eficaces, y diría yo, casi logran seducir las almas de las mujeres y llevarlas a estados sublimes e inolvidables de enamoramiento. Una mujer que sea apasionada encontrará en un hombre Hades un sorprendente amante.

De acuerdo al elaborador (Eduardo H. Grecco), la esencia floral Hades integrada por cactus de la familia Cereus Comarapanus, combinada con elixir de plomo, guarda consigo líneas o principios que dirigen su trabajo de integración, estos son: poder de la transformación, potencia creativa y sanadora. Y por último, voluntad e Impulso al cambio. Regido por el arquetipo de mago o chamán. Y su sombra o compulsión, está referida al mal uso del poder, obsesión, fanatismo y adicción al control.