Girasol: vinculo de humildad, amor y compasión (1ra parte)
Así como la luz del sol brilla en el cielo, el alma humana tiene la capacidad de irradiar esa luz. Sin embargo algunas personas se ocultan en la sombra de emociones como la altivez, el orgullo, la baja autoestima, oscureciendo así el verdadero brillo de su Yo. Estas sombras llevan a un desequilibrio al vincularnos. Tomaremos los vínculos con el padre, la autoridad y el poder, como pétalos de la flor del girasol que en su encuentro con el sol, con la luz, se iluminan con confianza, humildad, amor y compasión
Al escoger este tema en compañía de Eduardo, jamás imagine las implicaciones tan directas que sobre mi vida tendría. Después de meses de haber seleccionado el girasol, como columna (ya que uno de sus usos es para la columna) principal para internarnos en aspectos de la relación con el padre, con la autoridad y el poder, justo en el momento de empezar con la elaboración del material sucedía en mi vida un terremoto familiar en el cual era claro que lo único que no quería era ver, tocar, sentir, la relación con mi papá. Empezó entonces una abundancia de girasoles en mi vida, a las casas que llegaba, en las tazas del café, en los cuadros que nunca había visto, en la pantalla de mi celular y en el logo de mi página.
Esta posición agrimónica de colocarme, de nada me sirvió, tocó apelar a un heliantemo intravenoso que me sacara de esa parálisis y empezar a crear un documento sobre el tema seleccionado para este congreso, y me dispuse a disfrutar la creación del mismo.
Los diálogos de paz en Colombia, fueron mi musa, mi inspiración, genial, ya que de todas maneras, eso es lo que ocurre en la sala interna de cada quien cuando se empieza la ingesta de una esencia floral, “diálogos” cuya dirección va señalada de acuerdo a lo que cada esencia trabaja. Aquí tomaremos los efectos del girasol en el equilibrio y aprovechamiento efectivo del vínculo con el padre, con la autoridad, el poder y el ego, como medio facilitador para lograr “una paz” con respecto a los temas que acabamos de mencionar.
Título de la obra: GIRASOL: VINCULO DE HUMILDAD, AMOR Y COMPASION.
Los actores principales: El girasol en este caso desde el lugar que se le asigna en el mundo de la terapia floral y el vínculo con el padre, construido desde la institución del patriarcado.
Se hará una descripción detallada de los protagonistas, para luego entrar a asignarles las tareas correspondientes a los otros personajes que participarán en las negociaciones que se están gestando para efectos de esta presentación.
Personajes principales: EL GIRASOL
El primer personaje en entrar a escena es el girasol, (Helianthus Annuus) flor que lleva en su nombre una referencia al astro que tiene como tarea iluminar, dar calor, dar luz, para que los seres humanos se nutran, crezcan fuertes y saludables y que la tierra que habitan sea abundante y fértil.
A medida que el sol se mueve en el día, también lo hace el girasol, girando en busca de su luz, ya que para su óptimo desarrollo necesita gran cantidad de ella, si le faltara, entonces sus flores de alrededor de 30 cm. de diámetro, se caerían, porque su tallo que alcanza hasta 2 metros de altura y es de gran porte, se doblaría y su figura luciría pequeña y apocada. Sus hojas son rugosas y en forma de corazón y, sus flores tienen pétalos que pueden ser amarillos, marrones, naranjas y de otros colores. Tiene una vida de un año, durante el cual crece, florece y da semillas que germinarán al año siguiente. El girasol contiene hasta un 58% de aceite en su fruto, denominado pipa.
También se le llama chimalate, jáquima, maravilla, mirasol tlapololote o maíz de Texas, es una planta herbácea de la familia de las asteráceas, cultivada como ornamental y oleaginosa.
El girasol es nativo de América, se le sitúa en Méjico y en el Perú, donde se le consideraba como la encarnación del sol y fue cultivado hacia el 1000 a.c. Desde ahí, los españoles lo exportaron a Europa al principio del Siglo XVI.
Para describir el “vestido floral” del girasol, se pueden enumerar algunas de las diferentes aplicaciones que le atribuyen a esta esencia, tanto autores como elaboradores, entre ellas se encuentra como eje principal su efecto equilibrador en el vínculo con el padre, en la construcción del yo y en la relación con la autoridad y el poder. A continuación anoto algunos de los aspectos que equilibra la esencia del girasol en relación a este eje:
En relación al padre
Cuando la relación con el padre es pobre, difícil, demasiada cercana, intensa, distante.
Cuando hay conflictos desde la infancia con la imagen parental o figuras sustitutas.
Marcada hostilidad hacia la figura paterna, con reacciones emocionales agresivas cuando se siente intimidado.
En relación con el ego
Un yo desequilibrado que va desde la arrogancia a la insuficiencia.
Un yo desinflando o excesivamente inflado y, por polaridad, anima e infla los egos pequeños, apocados, insignificantes
Cuando hay un exceso de autobombo como estructura compensatoria de un ego mal sostenido.
Cuando hay falta de entusiasmo, de confianza y de humildad en el momento de crear y lograr.
Hay apocamiento debido a una baja autoestima o sobre la vanidad y orgullo por una excesiva inflación del ego.
En relación con el poder y la autoridad
Perversa necesidad de controlarlo todo mediante una personalidad masculina represora, dogmática y egocéntrica.
Conflictos por falta de valoración y de libertad interior con todo aquello que represente la autoridad, por proyección enfermiza o traumática de la figura paterna o con el principio de polaridad masculino.
Es útil cuando se utiliza en ambos sexos el componente masculino para controlar o dominar lo femenino.
En jóvenes que carecen de una agresividad adecuada.
Aporta el componente masculino en ambos sexos para proteger aunque no para controlar .
VINCULO CON EL PADRE
El siguiente actor en escena es el vínculo con el padre, para presentarlo es necesario ir muy atrás en el tiempo y remontarnos a sus orígenes en el patriarcado:
Patriarcado
”Patriarcado, derivado de la palabra patriarca, proviene del griego patriárchees, que significa Patria, descendencia o familia; y archo, que expresa mandato”.
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra patriarcado como “una organización social primitiva donde la autoridad es ejercida por un varón, jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aún lejanos de un mismo linaje”.
Para acercarse a los orígenes del patriarcado, debemos retomar la época en la que el ser humano pasa de ser nómada y se hace sedentario, se inicia la agricultura y por tanto los excedentes de producción y acumulación de bienes, esto conlleva inevitablemente la generación de la propiedad privada, la que a su vez crea la necesidad de defender el territorio y de procurarse permanentemente una mano de obra para trabajar en los campos.
La contribución femenina a la subsistencia en las sociedades protoagrícolas habría continuado siendo lo bastante importante para que las mujeres conservaran cierto poder económico limitador del dominio masculino. Pero la degradación de la condición femenina iba a acentuarse con el desarrollo de sociedades agrícolas sedentarias. La horticultura y la ganadería itinerantes no supusieron el fin del modo de vida nómada, porque la comunidad debía trasladarse a un nuevo emplazamiento cada vez que se agotaba la fertilidad del suelo. Esta limitación dejó de regir en los asentamientos que prosperaron en los deltas de los ríos y otros terrenos cuya fertilidad se renovaba por sí sola; y puesto que una población numerosa era la mejor defensa de estas comunidades sedentarias frente a la presión de los grupos nómadas rivales, ahora resultaba más conveniente que las mujeres se consagraran a la maternidad intensiva y los varones trabajaran duro para mantener familias todo lo numerosas que permitiera el potencial reproductivo femenino. La dedicación exclusiva a la maternidad extremó la dependencia económica femenina y, con ello, el sometimiento forzoso del sexo femenino al masculino. Las mujeres se vieron así degradadas a una condición casi subhumana. Pero las tribus con esta mentalidad se demostraron tan competitivas y pujantes que en pocos milenios se propagaron por todo el planeta, desplazando y arrinconando a otras etnias con tasas de natalidad más bajas, hasta convertir el machismo exacerbado, y la violencia sexual concomitante, en un rasgo casi universal del comportamiento social humano.
Resulta apropiado anotar una parte del diálogo entre María de la Luz Urquieta y Humberto Maturana consultado en. http://www.matriztica.org/ “Comenta que para él la cultura patriarcal se origina fuera de Europa, en Asia Central, al surgir el pastoreo con la exclusión del lobo de su alimento natural que eran los mismos animales migratorios de que dependía también el hombre. Al aparecer la apropiación, al excluir al lobo, se comienza a luchar contra él. Y así aparece la primera dinámica que dio origen a la enemistad. Después, el enemigo ya no es el lobo, sino cualquier otro al que se excluya para apropiarse de algo. Con la defensa del ganado cambian las emociones. Se pierde la confianza en la dinámica de lo natural y se comienza a vivir el miedo y el control”.
El patriarcado pasó a ser entonces el ejercicio de la autoridad, fuente de dominación de toda organización de la sociedad, de la producción, del consumo, la política, el derecho y la cultura y por ende las relaciones entre personas se enmarcan por relaciones de dominación y violencia que luego se originan también en la cultura y las instituciones.
Tanto en el campo de la religión o del gobierno, la figura del padre se ha vinculado a este contexto patriarcal. Así que en la dinámica relacional actual de padre/hijo, Estado/ciudadano, jefe/trabajador se sigue el patrón instaurado por la sociedad patriarcal que considera la figura del hombre, como la dominante. Esta figura, como ya lo mencionamos, se traslada a la del padre, la cual supone en si la función de dar protección a la madre y a los hijos, otorgando además legitimidad a estos últimos. Dentro de esta estructura, ser hijo de un padre procura la adscripción e integración en un grupo social determinado
En este panorama de dominancia y autoridad que ha trascendido generaciones se crean los vínculos con el padre, como puerta a un mundo social, puerta que este padre abre al hijo/a desde la legitimación que le otorga la figura de ser “el patriarca” de una familia.
VINCULO
El vínculo es un termino que deriva del latín «vinculum», de «vincere»…atar. Significa unión o atadura de una persona o cosa con otra. Se usa también para expresar el unir, juntar o sujetar con ligaduras o nudos. Se refiere a atar duraderamente.
El vínculo con el padre proporciona al niño/a algo que no puede obtener de su madre. Si un niño establece un vínculo profundo con su madre y no con el padre, puede crecer sintiéndose amado, pero puede suceder que sienta algún desequilibrio, como si careciese del algo.
Tanto el niño como la niña necesitan de la madre y el padre para que les sirva de modelo para equilibrar las energías masculinas y femeninas que alberga en su interior.
El vínculo con el padre puede ser el factor individual más importante para la relación del niño tanto con su propia masculinidad, como con el resto de los hombres con que se encuentre durante el resto de su vida. Si el vínculo paterno se ha establecido correctamente, entonces, es muy probable que el niño se muestre más productivo, confiado, claro y capaz de buscar el calor y el compañerismo tanto de las mujeres como de las personas de su mismo género.
Por su parte, la niña que crece en una relación de equilibrio con su padre madurará en su propia feminidad y su relación con los hombres estará basada en el respeto y la dignidad y no en el miedo o la condescendencia.
Hay etapas en la vida de un niño/a en que éste necesita una fuente de apoyo masculino y otros períodos, en cambio, en lo que necesita más el contacto femenino. Durante los primeros años de vida, el niño necesita a su madre más que cualquier otra cosa. Sin embargo cuando llega el momento que el niño/a se aleja del abrazo protector de la madre para adentrarse en el entorno – suele ocurrir a partir de los 6 años aproximadamente- necesita del padre o la presencia masculina que le ayude a soltar la válvula de seguridad y llevar a cabo la transición que acabará conduciéndole al mundo exterior.
La sociedad le ha dado al padre funciones instaladas desde el patriarcado como:
- • El principal proveedor
- • El encargado de imponer y transmitir la autoridad y la disciplina
- • El que complementa la función de la madre
- • El representante del “superhombre”
Del padre también se espera que lleve inscrita en sí, la necesidad de procrear y de demostrar la hombría engendrando hijos, aunque no necesariamente se haga cargo de ellos a nivel afectivo y que los hijos lo prolonguen a él.
“Se crece dentro de ciertas relaciones de colaboración, de respeto y de participación, luego de lo cual se pasa a vivir en la competencia, en la negación, en la lucha.”
Continuará…