• slider1
 
  • Curso «Correspondencias Bach-América (California)»

Tiempos de crisis y Rock Rose

Tiempos de crisis y Rock Rose

Autor: Eduardo H. Grecco

email: eduardohgrecco@gmail.com

Estos días he recibido abrazos, cariños, bendiciones, besos, apapachos… en fin, un montón de muestras de amor a mi persona y a mi trabajo a raíz de los eventos dolorosos vividos en México con el clima y la tierra. Es increíble como la crisis nos hace recordar la memoria de solidaridad que tenemos grabada desde tiempos inmemoriales, como una huella que la evolución ha dejado marcada en nuestros genes pero que la sociedad nos hace olvidar o encubrir alentando competencia y poder. Cuanto más nos adentramos en la comprensión de la naturaleza humana más nos damos cuenta de cómo junto a los miedos más abismales encontramos la respuesta de ayuda y apoyo al semejante más admirables.

Observemos lo que ocurre en las crisis: la sociedad se vuelve solidaria, se mueve espontáneamente a la ayuda.

Es increíble que necesitemos eventos como sismos, crisis económicas, guerras, actos terroristas…para recordar que somos “comunidad”. Pero, luego que pasa el mal momento todos olvidamos y volvemos a los modos habituales egoístas de interactuar.

Este hecho de la convergencia de “crisis” y el despertar de la solidaridad dormida me hace pensar en ciertas observaciones clínicas sobre Rock Rose sobre las cuales vengo meditando desde hace tiempo. Pacientes que tomando Rock Rose comienzan a tener conductas donativas, se vuelven más recíprocos y fraternos.

Al principio me parecía una curiosidad pero hoy tengo la convicción de que esta flor produce este efecto como si, al movilizarse los terrores profundos que moran en el alma humana, también se avivara la respuesta que la evolución incorporó como aprendizaje de sobrevivencia: juntos las cosas suceden más amablemente, ser solidarios no solo beneficia al otro que ayudamos sino a nosotros mismos y a la comunidad de la cual participamos.

Los invito a probar Rock Rose con esta mirada y ver como combate el egoísmo y estimula, en cada uno de nosotros, el heroísmo de la vida cotidiana.