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Una entrevista con… Morrnah Simeona.

Una entrevista con… Morrnah Simeona.

“Podemos apelar a la Divinidad que conoce nuestra heliografía personal, para la sanación de todos los pensamientos y recuerdos que nos están deteniendo en este tiempo”, comparte suavemente Morrnah Simeona. “Es un asunto de ir más allá de los medios tradicionales para acceder al conocimiento sobre nosotros mismos”.

El proceso al que Morrnah se refiere está basado en el antiguo método Hawaiano de reducción de tensión (liberación) y resolución de problemas llamado Ho’oponopono. La palabra Ho’oponopono significa corregir, rectificar un error. Morrnah es una nativa Hawaiana Kahuna Lapa’au. Kahuna quiere decir “guardiana del secreto” y Lapa’au significa “especialista en sanación”. Ella fue elegida para ser una kahuna cuando era una niña pequeña y recibió su don de sanación a la edad de tres años. Es la hija de un miembro de la corte de la reina Luliuokalani, la última soberana de las islas Hawaianas. El proceso que se trae ahora a colación es una modernización de una antiguo ritual de limpieza. Ha probado ser tan efectivo que la han invitado a enseñar este método en las Naciones Unidas, la OMS y en instituciones de sanación en todo el mundo.

¿Cómo funciona el Ho’oponopono? Morrnah explica: “Somos la suma total de nuestras experiencias, lo cual quiere decir que estamos agobiados por nuestro pasado. Cuando experimentamos tensión o miedo en nuestra vida, si miramos detenidamente, encontraremos que la causa es realmente un recuerdo. Son las emociones que están atadas a esos recuerdos las que nos afectan ahora. El subconsciente asocia una acción o persona en el presente con algo que ocurrió en el pasado. Cuando esto ocurre, las emociones se reactiva y se produce la tensión”.

 Continúa: “El propósito principal de este proceso es descubrir la Divinidad adentro de uno mismo. El Ho’oponopono es un don profundo que nos permite desarrollar una relación trabajada con la Divinidad en el interior y aprender a pedir que en cada momento nuestros errores en pensamiento, palabra, hecho o acción sean limpiados. El proceso es esencialmente acerca de la libertad, completa libertad del pasado”.

Cada recuerdo de cada experiencia, desde el primer momento de nuestra creación, hace eones de tiempo, está grabado como patrón de pensamiento el cual está almacenado en el reino etérico. Este increíble grabador/computador también es conocido como el subconsciente, unihipili o aspecto niño en nuestro interior. El niño interno es muy real y comprende una parte del Ser. Los otros aspectos son la madre, también conocida como la uhane o mente racional, y el padre, el supraconsciente o aspecto Espiritual. Los tres forman la familia interna, la cual, en conjunto con el Divino Creador, forma el Ser de uno, la Identidad. Cada ser humano en creación, cada planta, átomo, molécula tiene estos tres seres y sin embargo cada heliografía es completamente diferente.

 La tarea más importante para las personas es la de encontrar su verdadera identidad y su lugar en el Universo.

 El propósito del Ho’oponopono es :

1) Conectar con la Divinidad interior momento a momento.

2) Pedir que el movimiento y todo lo que este contiene sea limpiado. Sólo la Divinidad puede hacerlo. Sólo la Divinidad puede corregir o borrar recuerdos y formas de pensamiento. Así como la Divinidad nos creó, sólo la Divinidad sabe lo que le ocurre a una persona.

 En este sistema no hay necesidad de analizar, resolver, manejar o superar problemas. Como la Divinidad creó todo, puedes ir directamente a ella y pedirle que todo sea corregido y limpiado.

 En el área de resolución de problemas el mundo es un reflejo de lo que ocurre en nuestro interior. Si estás experimentando desequilibrio o malestar, el lugar a mirar es en tu interior, no fuera hacia el objeto que percibes como causante de tu problema. Cada tensión, desequilibrio o enfermedad puede ser corregido sólo trabajando en ti mismo. Es importante mencionar que este sistema es fundamentalmente diferente de otras formas de Ho’oponopono. En los métodos tradicionales, todos los que están involucrados en un problema necesitan estar físicamente presentes y resolverlo juntos. En el sistema de Morrnah todo puede ser tratado por ti y la Divinidad. No necesitas ir ni una pulgada afuera de ti mismo para obtener respuestas o ayuda. No hay nadie que pueda darte información más relevante que la que puedas obtener yendo a tu interior.

Morrnah recomienda especialmente Ho’oponopono para aquellos que están en la profesión de sanación. “Es importante clarificar patrones kármicos con tus pacientes antes de que empieces a trabajar con ellos, para que no active viejos asuntos entre ustedes. Quizás no tendrías que trabajar con esa persona de ninguna manera. Sólo la Divinidad sabe. Si trabajas con una persona y no es tu asunto, puedes tomar sobre ti el problema de la persona y todo lo que está asociado a él. Esto puede causar una destrucción. Ho’oponopono te da las herramientas para prevenir que eso ocurra”.

Morrnah deseó para nuestra sociedad Occidental que todos hicieran algo para reducir la tensión. “Las personas Occidentales tienen gran dificultad en dejar atrás el intelecto. Es difícil para la mente Occidental obtener la comprensión de un Ser Elevado porque en las iglesias occidentales tradicionales, los Seres Elevados no se hacen evidentes”. Continúa: “El hombre occidental se ha ido a los extremos con su intelectualización, la cual divide y mantiene a las personas separadas. El hombre entonces se convierte en destructor porque maneja y soluciona en lugar de perpetuar la fuerza de la Divinidad fluyendo a través de él hacia la acción correcta”.

 Morrnah trabajó con su socio, el doctor Stanley Hew Len, que estuvo varios años en el Hospital Estatal Hawaii como psicólogo clínico. Obtuvo profundos resultados empleando este proceso con los criminales más peligrosos, violentos y “mentalmente enfermos”. Sin embargo él nunca les habla, de hecho, ni siquiera los ve. Escribe sus nombres y luego trabaja sobre sí mismo. Limpia sus juicios, creencias actitudes y le pregunta a la Divinidad lo que puede hacer por la persona. A medida que esos apegos y recuerdos se limpian, el paciente mejora. “La Divinidad”, comenta Stan, “dice que es tiempo de llevar todos los niños a casa”.

¿Podría la liturgia de una kahuna producir estos cambios? No, no es un error tipográfico. Realmente hablé con una kahuna. Es una palabra hawaiana que significa literalmente “guardián de los secretos”, pero que entre los Hawaianos se refiere comúnmente a un maestro espiritual y sanador de aquello que nos aqueja, física y psíquicamente.

Así que allí estaba, con mi anotador y lapicera, y allí estaba ella, Morrnah Simeona, una mujer con aspecto de abuela, con un sweater blanco tejido y una pollera gris de franela, la hija de un miembro de la corte de la reina Liliuokalani, la última soberana de las islas Hawaianas.

Morrnah, que ha dado conferencias en la Universidad de Hawaii, estuvo en Filadelfia para un taller de fin de semana sobre “Metafísica Hawaiana” y luego tuvo que ir a Baltimore para una conferencia en la Universidad de John Hopkins.

¿Qué es lo que hace exactamente – no como conferencista sino como kahuna? Bueno, aunque su inglés es tan perfecto como el de un locutor de radio, tuve problemas para comprender lo que decía. Esencialmente era esto…

Tendemos a estar embrujados por nuestros miedos, emociones, ideas y reacciones, que contribuyen no sólo a crear nuestros malestares del presente, del día a día, sino también nuestras enfermedades- porque muchas enfermedades pueden ser “atribuidas puramente a las presiones que creamos”. El papel de una kahuna es ayudar a drenar y borrar la basura que está contaminando nuestra existencia -de la misma manera que reparamos y destruimos información inútil almacenada en la computadora.

Para algunos, era sólo otra pausa en su interminable búsqueda de felicidad y plenitud.

Pero lo extraño, dijo Morrnah, era que la búsqueda era abandonada después de conocerla -porque el problema se iba. Además podía ayudar a personas que ni siquiera conocía- trabajando con los que iban a verla a ella.

Todo lo que se requería, dijo ella, era un pedido al divino creador de nuestra elección “a través de la divinidad que está en el interior de cada persona… que es realmente la extensión del divino creador”.

La liturgia es así:

“Divino creador, padre, madre, hijo como uno… Si yo, mi familia, parientes y ancestros te han ofendido a ti, a tu familia, parientes y ancestros en pensamiento, palabras, hechos y acciones desde el principio de nuestra creación hasta el presente, te pedimos perdón. Que esto limpie, purifique, libere, corte todos los recuerdos negativos, bloqueos, energías, vibraciones y trasmute estas energías no deseadas en luz pura… Y está hecho”.

El pedido se llama Ho’oponopono y puede ser identificado con cada religión, porque, en palabras de Morrnah, “en cada fe hay siempre una parte de la liturgia en la que pedimos perdón a los que ofendemos…Pero vamos más allá… a la familia, parientes y ancestros, porque posiblemente algunos de los problemas derivan de un abuelo que le cortó la cabeza a alguien en otro siglo”. Eso que expulsamos se trasmuta en “luz pura”, dice ella, porque sino “contaminaríamos la atmósfera” con nuestra basura. “Pero como luz pura no contamina”.

En el instante en que ella dice “está hecho” tiene lugar la transmutación. Una casa dividida contra sí misma no permanece. Despues de la oracion principal, se puede decir… Lo siento, Perdóname, Gracias, Te amo como un mantra, conforme vayamos sintiendo mas Amor, más nos sanaremos.

Ho`oponopono Meditation

Lo Siento, perdoname, gracias, te amo…  hermosa canción para acompañar este texto…

Autor: Deborah King, New Times